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La Ciencia versus el Cientificismo

por Egberto Bermúdez
red

Tal vez, la mejor y la más elocuente explicación de la diferencia entre la ciencia y el cientificismo incluye una imagen de una red de pescar y una anécdota.

(Una analogía) [1]: “Sir Arthur S. Eddignton, el astrónomo británico que dirigió los equipos que observaron en 1919 la curvatura de los rayos de luz por efecto de la gravedad (lo cual fue la primera prueba importante de la relatividad general de Einstein), comparó el alcance de las teorías científicas con el tamaño de los agujeros de una red. Un ictiólogo que utilice una red cuyos agujeros midan un decímetro cuadrado no puede decir nada acerca de la existencia y propiedades de peces que midan menos de un decímetro. De modo semejante, el estudio de pautas espacio-temporales por medio de magnitudes y experimentos repetibles no puede llevar a afirmar ni a negar la existencia y el valor de la metafísica, la espiritualidad y la religión. Por tanto, el cientificismo, según el cual no podemos alcanzar auténtico conocimiento fuera de la ciencia experimental, no es una consecuencia de la ciencia experimental: es, más bien, el resultado de extrapolaciones ilegítimas, y, en la medida en que se presenta como consecuencia de la ciencia, es un tipo de pseudo-ciencia engañosa y contradictoria”. [2]

En Oráculos de la ciencia: Científicos famosos contra Dios y la religión [3], Karl Giberson y Mariano Artigas, ambos físicos y creyentes, ofrecen un profundo, comprensivo y hecho con simpatía y admiración, análisis de los credenciales y logros científicos de cada uno de seis científicos famosos (los biólogos, Stephen Jay Gould, Richard Dawkins y Edward O. Wilson y los físicos, Carl Sagan, Stephen Hawking y Steven Weinberg); a la vez, distinguiéndolos de sus ideas sobre la religión. El libro demuestra la importancia de distinguir para entender y unir del filósofo Jacques Maritain. Los autores de este libro, distinguen, con máxima claridad, entre lo que es ciencia y lo que son opiniones personales de los científicos o entre la ciencia y la pseudociencia; es decir, una agenda ideológica disfrazada como ciencia.

Además, el libro demuestra, de manera persuasiva, que la ciencia es perfectamente compatible con la religión, tanto desde un punto de vista teórico como práctico. También enseña que los Oráculos no representan las ideas sobre la religión de la mayoría de la comunidad científica. De hecho, líderes importantes de esta comunidad, han expresado la compatibilidad entre sus creencias religiosas y sus investigaciones científicas, tal es el caso de Francis Collins, el líder del Proyecto Genoma Humano, también el de otros científicos como Allan Sandage, uno de los más grandes astrónomos del siglo XX; Charles Townes, que ganó el premio Nobel por la investigación del láser y, el premiado con el Nobel de Física William Phillips.

Mis citas favoritas del libro son:

  1. “Hay una gran diferencia entre el «naturalismo metodológico» usado en las ciencias (buscando explicaciones naturales) y un «naturalismo ontológico» que niega la realidad de cualquier cosa fuera del alcance de la ciencia. Mientras el naturalismo metodológico no tiene problemas, […] el naturalismo científico es contraproducente. La afirmación de que nada existe aparte de lo que se puede estudiar por el método científico es una posición filosófica. Si se quiere determinar lo que es la ciencia y hasta dónde se extiende su alcance, hay que situarse fuera de la ciencia, adoptando una perspectiva filosófica. Pero si no hay un territorio fuera de la ciencia, ¿cómo vamos a estar allí?”
  •  “Hemos descrito a los Oráculos de la ciencia como embajadores, mensajeros de la comunidad científica ante el público en general. Juegan un papel importante en nuestra cultura científica. Nos solidarizamos con sus descubrimientos científicos y su papel cultural. Aplaudimos su capacidad para comunicar ideas desafiantes y su habilidad para provocar entusiasmo por la empresa científica. Deseamos, sin embargo, que traten las cuestiones humanísticas que están más allá de los límites de la ciencia con el mismo rigor cuidadoso que emplean cuando tratan problemas científicos. Éste sería un gran servicio a la sociedad, socavando efectivamente los argumentos de quienes, […] ven la ciencia como un aliado peligroso del materialismo.”

Egberto Bermúdez

[1] La analogía aparece desarrollada en, pp. 13-14 de The Philosophy of Physical Science. Montreal: Minkowski Institute Press, 2021. By Arthur S. Eddington.

[2] p. 324. Mariano Artigas. La mente del universo. Pamplona: EUNSA, 2000.

[3] Madrid: Ediciones Encuentro, 2012.


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