Nuestro gran tesoro es el momento presente. Tenemos que aprovechar para ganarnos con él la vida eterna.
Hoy 23 de marzo se conmemora a Santo Toribio de Mogrovejo nacido el 16 de noviembre de 1538 en Mayorga, España. Su nombre completo fue Toribio Alfonso de Mogrovejo y Robledo. Su padre Luis Mogrovejo pertenecía a la nobleza asturiana; su madre fue Ana de Robles. Este matrimonio tuvo cinco hijos, siendo Toribio el tercero. A los 15 años fue enviado a Valladolid, a estudiar Gramática y Humanidades. Obtuvo una licenciatura en Derecho Canónico en Santiago de Compostela. Fue catedrático en la Universidad de Salamanca. Hasta entonces Toribio no había aspirado a la vida eclesiástica. En 1574 cuando se disponía a continuar sus estudios de doctorado, fue nombrado inquisidor del Tribunal Supremo de Granada, por recomendación de Diego de Zúñiga. El 16 de marzo de 1579 fue nombrado arzobispo de Lima por Gregorio XIII. Partió al Perú en compañía de su hermana, su cuñado y sus tres sobrinos, así llegó a Lima el 11 de mayo del mismo año.
Frase: “Nuestro gran tesoro es el momento presente. Tenemos que aprovecharlo para ganarnos con él la vida eterna”
Su arquidiócesis no solo tenía dominio sobre Perú, también sobre Ecuador, Colombia, Venezuela, Bolivia, Chile y parte de Argentina. Las ciudades estaban en una grave situación de decadencia espiritual. Los conquistadores cometían muchos abusos y los sacerdotes no se atrevían a corregirlos. Las medidas enérgicas que tomó contra los abusos que se cometían, le trajeron muchas persecuciones y calumnias pero él callaba y ofrecía todo por amor a Dios, exclamando, «Al único que es necesario siempre tener contento es a Nuestro Señor».
Visito su arquidiócesis por varios años, la mayor parte del recorrido era a pie o a veces en mula, pasando de climas terriblemente fríos a climas ardientes. Eran viajes para destruir la salud del más fuerte. Muchísimas noches tuvo que pasar a la intemperie y durmiendo en el suelo. Los preferidos de sus visitas eran los indios y los negros, especialmente los más pobres, los más ignorantes y los enfermos.
Logró la conversión de un enorme número de indios. Cuando iba de visita se quedaba varios días instruyendo a los nativos, bautizando y confirmando.
Santo Toribio se propuso reunir a los sacerdotes y obispos de América en Sínodos o reuniones generales para dar leyes acerca del comportamiento que deben tener los católicos, en estas reuniones se dictaban leyes severas que se hacían cumplir, porque él estaba siempre vigilante.
Ya casi al final de su vida envió una carta al rey contándole que había administrado el sacramento de la confirmación a más de 800,000 personas. (Toribio no podía saber que entre los confirmados había tres futuros santos: Rosa de Lima, Francisco Solano y Martín de Porres).
Fundó el primer seminario de América y parroquias en sitios supremamente pobres. Su generosidad lo llevaba a repartir a los pobres todo lo que poseía. El 23 de marzo de 1606, un Jueves Santo, murió en una capillita de los indios, en una lejana región, donde estaba predicando y confirmando a los indígenas. El Papa Benedicto XIII lo declaró santo en 1726.
Hoy día de Santo Toribio de Mogrovejo le rogamos que interceda ante Dios por nosotros para que también podamos aprovechar nuestro tiempo para hacer el bien a nuestros hermanos, porque hasta el cielo no paramos.