“Es más fácil para el mundo existir sin el sol que sin la santa misa”
Por la señal de la Santa Cruz+
de nuestros enemigos +
líbranos, Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo +
Oración inicial
Padre de bondad y misericordia, fuente inagotable de vida y felicidad, te pido, por intercesión de san Pío de Pietrelcina, me concedas ser semejante a él: sencillo y humilde, libre y alegre, pobre y laborioso.
Porque confío en tu amor y en tu gracia, hoy te ofrezco libremente cuanto soy y cuanto tengo, deposito mi pasado en tu misericordia, encomiendo mi fututo a tu providencia y me quedo tranquilo tratando de vivir un día a la vez.
Te entrego mi memoria, mi inteligencia y mi voluntad. Te consagro mis fuerzas y mis límites, tómame como soy y haz de mí, como hiciste del padre Pío, un buen cristiano y un honrado ciudadano que te alabe sirviendo a mis hermanos. Amén
Lectura bíblica del quinto día:
“Yo soy el pan de la vida, el que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed” Juan 6, 35
La misa era para el padre Pío el centro y la fuente de toda su espiritualidad. “En la misa, solía decir, está todo el calvario”. Los fieles que se congregaban alrededor de su altar quedaban profundamente impresionados por la intensidad de su “inmersión” en el ministerio y percibían que el padre participaba personalmente en los sufrimientos del Redentor. Vivía la misa en un estado de éxtasis y gozo, como si Dios estuviese ahí con él; conducía a los fieles con Jesús en el Getsemaní recorriendo el camino doloroso de la cruz hasta llegar a la resurrección final.
Para padre Pío la santa misa significaba: “Una participación sagrada en la Pasión de Jesús. Todo lo que sufrió el Señor en su Pasión, yo lo sufro”. Además, agregaba: “que cada santa misa, oída con devoción produce en nuestras almas efectos maravillosos, abundantes gracias espirituales”.
San Juan Pablo II recordará que: “La misa del padre Pío era para los sacerdotes un elocuente llamado a la belleza de la vocación presbiterial. Para los religiosos y laicos que llegaban a San Giovanni Rotondo era una extraordinaria catequesis sobre el valor y la importancia del sacrificio eucarístico”.
- Pedir la gracia que se desea alcanzar de san Pío de Pietrelcina en esta novena.
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
Oración final
Haz, Señor, que la memoria del padre Pío y su enseñanza, estén presentes en nuestras mentes y nos inspiren pensamientos y propósitos de santidad. Y a ti, padre Pío, nos dirigimos con filial confianza. Bendice, padre Pío, a nuestras personas, nuestras familias, nuestros seres queridos. Tú, el “santo de los estigmas”, que has conocido el dolor y la soledad del corazón, reconforta al que sufre, al que está solo, al que tiene el corazón en pena. Tú, guía y maestro de tantas almas en el camino de la salvación, enséñanos la vía de la santidad y ayúdanos a cumplir siempre la voluntad del Señor. Amén
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. +