“Tú dirás a todos que, después de muerto, estaré más vivo que nunca”
Por la señal de la Santa Cruz+
de nuestros enemigos +
líbranos, Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo +
Oración inicial
Padre de bondad y misericordia, fuente inagotable de vida y felicidad, te pido, por intercesión de san Pío de Pietrelcina, me concedas ser semejante a él: sencillo y humilde, libre y alegre, pobre y laborioso.
Porque confío en tu amor y en tu gracia, hoy te ofrezco libremente cuanto soy y cuanto tengo, deposito mi pasado en tu misericordia, encomiendo mi fututo a tu providencia y me quedo tranquilo tratando de vivir un día a la vez.
Te entrego mi memoria, mi inteligencia y mi voluntad. Te consagro mis fuerzas y mis límites, tómame como soy y haz de mí, como hiciste del padre Pío, un buen cristiano y un honrado ciudadano que te alabe sirviendo a mis hermanos. Amén
Lectura bíblica del sexto día:
“Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios” Lucas 18, 27
El santo de Pietrelcina es protagonista de una lista de sucesos maravillosos, de hechos extraordinarios: estigmas, sanaciones, visiones, profecías, olor a santidad, bilocaciones, éxtasis, don de lenguas, don de lágrimas. A la sobrecogedora cantidad y variedad de milagros, hay que añadir una característica más de sus hechos extraordinarios: su actualidad. El padre Pío sigue hoy derramando los maravillosos dones que Dios le concedió a todo aquel que le invoca con fe, y en cantidad incluso mayor de cuando vivía. Son innumerables los testimonios de personas que afirman haber recibido una gracia a través de su intercesión, confirmándose lo que predijo antes de su muerte: “Tú le dirás a todos que, después de muerto estaré más vivo que nunca. Y a todos los que vengan a pedir, nada me costará darles. ¡De los que asciendan a este monte, nadie volverá con las manos vacías!
Aclamado como un hacedor de milagros, el padre Pío se veía a sí mismo como un pobre pecador, insistiendo continuamente en recalcar el hecho de que los milagros vienen de Dios y solo de Dios. Cuando se le daba las gracias, el padre siempre respondía: “No me des las gracias a mí, sino a Dios”.
- Pedir la gracia que se desea alcanzar de san Pío de Pietrelcina en esta novena.
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
Oración final
Haz, Señor, que la memoria del padre Pío y su enseñanza, estén presentes en nuestras mentes y nos inspiren pensamientos y propósitos de santidad. Y a ti, padre Pío, nos dirigimos con filial confianza. Bendice, padre Pío, a nuestras personas, nuestras familias, nuestros seres queridos. Tú, el “santo de los estigmas”, que has conocido el dolor y la soledad del corazón, reconforta al que sufre, al que está solo, al que tiene el corazón en penas. Tú, guía y maestro de tantas almas en el camino de la salvación, enséñanos la vía de la santidad y ayúdanos a cumplir siempre la voluntad del Señor. Amén
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. +