En Lourdes resplandece la luz
Por la señal de la Santa Cruz+
de nuestros enemigos +
líbranos, Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo +
Oración Inicial:
Madre Inmaculada, que mostraste tu gran amor a los hombres, apareciendo en la gruta de Lourdes e instruyendo a la joven Bernardita; te rogamos que alegres nuestros corazones. Y así, como hiciste brotar en la gruta de Lourdes un hermoso manantial de aguas cristalinas para curar el cuerpo, derrama sobre nuestras almas las más dulces y fértiles aguas de la gracia, que sacien nuestra sed de las cosas de la tierra, y que limpien nuestro espíritu para ser dignos de entrar en la gloria del cielo. Amén.
Lectura bíblica del primer día:
“Su aspecto era como un relámpago, y su vestidura blanca como la nieve” Mateo 28, 3
El 11 de febrero de 1858, en la villa francesa de Lourdes, a las orillas del río Gave, la Virgen María se le apareció a una joven llamada Bernardita. La joven había salido a buscar un poco de leña junto a dos amigas; se dirigieron a la gruta de Massabielle. Al llegar allí, oyó un ruido como si fuera viento y no vio nada. Un rato después volvió a escuchar el mismo ruido. Al mirar hacia la gruta cayó de rodillas, en medio de una luz deslumbradora vio a una señora vestida de traje blanco resplandeciente, ajustado el talle con un ceñidor de color celeste. Un largo y ancho velo blanco cae de la cabeza hasta el suelo, sus pies están adornados con rosas de oro. La señora tiene juntas las manos en actitud de fervorosa oración. De sus brazos cuelga un precioso rosario. Al contemplar esta celestial visión, Bernardita tomó la cruz de su rosario y hace conjuntamente con la señora, la señal de la cruz.
Una suave luz ilumina la sombra de la gruta, y en esa luz, una sonrisa. Desde ese momento Bernardita queda sobrecogida por la alegría intensa y profunda que la Virgen le comunica.
- Pedir la gracia que se desea alcanzar de Nuestra Señora de Lourdes en esta novena.
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
Oración Final
Santa María, Madre de Dios y de la Iglesia, que quisiste aparecer en Lourdes para invitarnos a todos a la oración, la penitencia y conversión; acudimos a ti, Madre nuestra, con la esperanza de conseguir tu ayuda. Te pedimos que nos acerques cada día más al que es para nosotros: “Camino, verdad y vida”, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén +