“Construyan un santuario”
Por la señal de la santa cruz +
de nuestros enemigos +
líbranos, Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo +
Oración Inicial
Madre Inmaculada, que mostraste tu gran amor a los hombres, apareciendo en la gruta de Lourdes e instruyendo a la joven Bernardita; te rogamos que alegres nuestros corazones. Y así, como hiciste brotar en la gruta de Lourdes un hermoso manantial de aguas cristalinas para curar el cuerpo, derrama sobre nuestras almas las más dulces y fértiles aguas de la gracia, que sacien nuestra sed de las cosas de la tierra, y que limpien nuestro espíritu para ser dignos de entrar en la gloria del cielo. Amén.
Lectura bíblica del sexto día:
“Sí, yo te contemplé en el santuario para ver tu gloria y tu poder” Salmo 63, 3
Bernardita cada vez que iba a la gruta lo hacía acompañada de muchas personas. Al llegar con su vela en la mano, se arrodillaba, se hacía la señal de la cruz, rezaba el rosario hasta ver y escuchar a María. En esta oportunidad recibió un secreto personal, y además, un doble mensaje: “Ve a decirle a los sacerdotes que aquí, en este lugar, debe levantarse un santuario, y a este debe venirse en procesión”.
Venir en procesión significa caminar en esta vida junto a nuestros hermanos. Durante toda la vida construimos a la Iglesia, viviendo en comunión con los hermanos. Para ello, la Virgen María pide un santuario, un lugar donde reunir a todos sus hijos. Nuestra Madre quiere que caminemos juntos, símbolo de la procesión, que vayamos como Iglesia al encuentro de María, para que ella nos regale a su Hijo.
El santuario se construyó, y hoy son miles los peregrinos que llegan en procesión a la gruta de Lourdes. La procesión procura la gloria de Dios. En ella y por ella cantamos alabanzas, proclamamos sus grandezas e imploramos sus misericordias. En procesión nos alentamos en la fe, en la confianza y en el amor.
- Pedir la gracia que se desea alcanzar de Nuestra Señora de Lourdes en esta novena.
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
Oración Final
Santa María, Madre de Dios y de la Iglesia, que quisiste aparecer en Lourdes para invitarnos a todos a la oración, la penitencia y conversión; acudimos a ti, Madre nuestra, con la esperanza de conseguir tu ayuda. Te pedimos que nos acerques cada día más al que es para nosotros: “Camino, verdad y vida”, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén +