Obispo fiel y martir
Hoy 23 de abril, la Iglesia recuerda a san Adalberto, por su profunda devoción a la Iglesia y su inquebrantable compromiso con la difusión del Evangelio.
San Adalberto, obispo de Praga y mártir. Nació en el año 939 en una noble familia en Bohemia, actual República Checa. Recibió parte de su educación de san Adalberto de Magdeburgo, de quien tomó el nombre.
Fue ordenado sacerdote y posteriormente consagrado obispo de Praga en 982, y fue obligado a huir, debido a la enemistad que había despertado por sus esfuerzos para reformar el clero de su diócesis. Marchó a Roma y, cuando fue liberado de sus obligaciones epistolares por el Papa Juan XV, se retiró a un monasterio y se ocupó de los deberes más humildes de la casa.
Fue vuelto a llamar por su gente. Lo recibieron con grandes demostraciones de alegría, pero al tiempo, fue expulsado por segunda vez y volvió a Roma.
La gente de Hungría estaba en ese momento convirtiéndose al cristianismo. Adalberto fue hacia ellos como misionero.
Predicaba el Evangelio a las personas que vivían cerca del mar Báltico. Luego fue a Prusia. Al principio, sus esfuerzos daban frutos, pero seu valiente labor misionera irritó a sacerdotes paganos, y fue martirizado.
Adalberto es recordado por su santa humildad y su inquebrantable dedicación a su fe. Su trabajo misionero en Polonia y Prusia fue decisivo para propagar el cristianismo en esas regiones. En reconocimiento a su servicio, fue canonizado por el Papa Gregorio V pocos meses después de su muerte y es venerado como santo patrón de Prusia, República Checa y Polonia.
En el día de san Adalberto, pidamos su intercesión por todos los creyentes que están llamados a servir a la Iglesia y a vivir su fe en su vida cotidiana. Porque algo bueno está por venir.
Fuente: El santo de Hoy/El testigo fiel/ Ama como Dios ama
Descubre más desde Misioneros Digitales Católicos MDC
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.