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Juan 6,22-29

por Pbro. Luis A. Zazano
Juan-6,22-29

Evangelio según San Juan 6,22-29

Después de que Jesús alimentó a unos cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el agua. Al día siguiente, la multitud que se había quedado en la otra orilla vio que Jesús no había subido con sus discípulos en la única barca que había allí, sino que ellos habían partido solos.
Mientras tanto, unas barcas de Tiberíades atracaron cerca del lugar donde habían comido el pan, después que el Señor pronunció la acción de gracias.
Cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus discípulos no estaban allí, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo llegaste?».
Jesús les respondió: «Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse.
Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello».
Ellos le preguntaron: «¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?».
Jesús les respondió: «La obra de Dios es que ustedes crean en aquel que él ha enviado».

 

 

El milagro es que vos vivas.

1) La obra de Dios: si te pones a ver todo lo que hay a tu alrededor es un milagro. Pienso en Tony Meléndez, como Nik y otros que dan testimonio de sus vidas. Me quedo lo que dice Tony en ese video donde muestra como creció sin tener brazos y cuando se presentó ante el Papa Juan Pablo II y le tocó la guitarra con la particularidad de tocar con los pies. Cuánto hizo con esas ganas y esa visión sobrenatural. Y termina su testimonio diciendo «cuando veo a alguien que tiene brazos, me digo: Eso es un milagro».

2) El milagro de tí: Jesús hizo y hace muchas cosas en vos y con vos, sólo que tenés que darte cuenta y mirarlo. No temas de seguir descubriendo la mano de Dios en vos y las cosas que haces en otros sin darte cuenta, sos una ficha muy importante en la vida de otros, entendelo.

3) El seguimiento: el verdadero seguimiento a Jesús no es por un dame-te doy sino más bien es un amor sin interés. El seguimiento a Jesús es por descubrir a su persona que nos hace enamorarnos de la vida y nos lleva a ver la vida como un milagro.

 

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