Cómo el arte nos permite preservar valores y tradiciones
Antiguamente, quizás más que ahora, las actividades propias de las fiestas con sus tradiciones artísticas, se centraban en la iglesia y en torno a un servicio religioso en particular. La Navidad no era la excepción y el 26 de diciembre – según la tradición de aquel entonces – era un día de descanso para pasar en familia reposando de la fiesta del 25 y mamá no cocinaba, sino que la familia comía las sobras del banquete navideño. Por la tarde se asistiría a la iglesia, a atender al servicio religioso y a escuchar una “cantata”, que ponía en música y representación artística, el tema litúrgico del día.
El gran músico alemán Johann Sebastián Bach, compuso todo un ciclo de cantatas para las 6 fiestas de la Navidad (iniciando con el advenimiento y nacimiento de Jesús y concluyendo el 6 de enero, con la visita de los Reyes Magos). Cada cantata para ser representada en su día específico.
La cantata del 26 de diciembre trata de cómo un ángel le avisa a los pastores que estaban cerca de Belén, de la llegada del Salvador y los exhorta a que vayan a adorarlo. Bach inició esta cantata con una “Sinfonía Pastoral”, que es una pieza instrumental arrulladora y sin canto, representando a los pastores que durante la vigilia al niño Dios, guardarían silencio y no cantarían. Por eso la introducción es instrumental.
Hoy en dia, lamentablemente nos atrapan las carreras de las compras y compromisos y no suelen presentarse todas estas obras de arte. De hecho hoy 26, debido a las exigencias de la economía moderna, la mayoría de nosotros retornaremos a nuestras actividades rutinarias, o al menos a “hacer como que hacemos”, pues ya en dos días nos pondremos en modalidad de “Fin de Año”.
De modo que si le es posible, intente no cortar de tajo esta bella fiesta de la familia. Aproveche para no pensar en visitas, compromisos, compras y galas, sino emulando a aquellos pastores, procure meditar, agradecer por su familia y desear lo mejor para esa nuestra gran familia que es nuestro pais.
