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A los casi 90 años muere el Padre Zimbaldi, misionero en Tailandia desde 1972

por Editor mdc
misionero en Tailandia

Habría cumplido 90 años en junio. El Padre italiano Giovanni Zimbaldi pasó media vida bajo la misión del PIME en Tailandia, la obra de evangelización entre las tribus Lahu y Akha.

Su deseo de ser sepultado en el distrito Fang – situado en la parte norte de la provincia de Chiang Mai, al norte de Tailandia – entre la gente que siempre amó y sirvió, es el signo más claro de un misionero que quiso dar toda su vida, hasta la muerte, para dar testimonio del Evangelio.

El padre Giovanni Zimbaldi vivió 45 años en Tailandia, dedicándose en cuerpo y alma a la evangelización de las tribus Lahu y Akha. En 1972, tras recibir una propuesta de la Dirección General del Instituto PIME de Italia para iniciar una nueva actividad misionera en Tailandia, el padre Zimbaldi se desplaza hasta Chiang Mai, en el norte de Tailandia e inicia así su misión entre la tribu Lahu en la ciudadela de Fang, en la frontera con Myanmar. La misión, que nace con un grupo inicial de 10 familias, va viento en popa y en poco tiempo nacen otras 3 misiones-parroquias (Fang, Mae Suay y Ban Thoet Thai) compuestas por un total de 15 mil personas situadas en casi 100 pueblos.

Misionero de tiempos heroicos

Oriundo de Monza en Italia, destaca por ser un misionero que vivió en aquellos que llamamos “los tiempos heroicos”, cuando las comunicaciones eran extremadamente difíciles y se visitaban los pueblos esparcidos por las montañas viajando a caballo por diversos días continuos.

Comprometido con la educación de los niños

El p. Zimbaldi también prestó mucha atención a la educación de los niños, abriendo las puertas de la misión a centenares de ellos para que pudiesen recibir una educación escolar y sobre todo, cristiana.

Produjo libros litúrgicos y de catequesis en las lenguas locales

Su compromiso y cercanía por estas tribus también se confirma en la producción de libros litúrgicos y de catequesis que realizó en lengua Lahu y Akha. Destacando también su atención hacia sus más estrechos catequistas, que siempre consideró como su ayuda misionera indispensable. En este sentido, insistió para poder tener también a personas consagradas como colaboradoras, algo que fue posible en el año 2000, cuando la Congregación de la Hermanas de la Presentación aceptó residir en la misión de Fang.

Fuente: Vatican News / Autora: Mireia Bonilla.

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1 comentario

Ana María mayo 7, 2019 - 5:21 pm

El Señor lo reciba en su gloria! QDP

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