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Basílica de San Francisco de Asís, en Lima

por Horacio Espinosa
Exterior con plaza -1

Esta basílica dedicada a San Francisco de Asís, también llamado San Francisco de Jesús o el Grade, se encuentra en el centro histórico de Lima. Además de tener una arquitectura muy bella, muchos visitantes se acercan al templo porque en el siglo XVI vivió allí San Francisco Solano. Este santo, al cual creo que se parecen mucho los sacerdotes como el Padre Luis Zazano que con su celular evangeliza en los tiempos modernos, solía llevar la alegría de la Palabra de Dios con sus cantos y su violín.

La iglesia forma parte de un conjunto de edificios religiosos que es uno de los más extensos y hermosos legados de la época virreinal en Lima.  Lo integran además el Santuario de Nuestra Señora de la Soledad; el Convento de San Francisco; y la Capilla del Milagro. Debajo del complejo hay una red de galerías subterráneas o catacumbas que fueron cementerio el principal de la ciudad en la época colonial. 

La iglesia

Al llegar a la esquina en donde está el templo, uno se encuentra con una fachada que, por su riqueza decorativa, es un monumento del barroco limeño. El estilo se destaca también en el interior, en las molduras y los retablos. Por caso, el altar dedicado al patrono de las causas imposibles, San Judas Tadeo, está completamente realizado en plata.

Una vez adentro, llaman mucho la atención el altar mayor y las columnas con diseños en colores rojizos y blancos que se replican en el techo.

Una placa con sello vaticano indica que Juan XXIII elevó esta iglesia a la categoría de basílica menor en 1963. «Entre tantos y tan hermosos templos que embellecen la ciudad de Lima, lumbrera a orillas del gran océano pacífico, se destaca merecidamente la iglesia de San Francisco de Jesús, que contigua al gran monasterio de los frailes menores produce una gran admiración por la antigüedad de su origen y lo eximio de su arquitectura», se lee. 

Si uno se adentra en el templo llega al coro. En épocas anteriores, en este lugar se reunían los franciscanos para sus oficios o ceremonias religiosas. Es un sitio rectangular bastante grande y cuenta con una impresionante sillería coral barroca, tallada en cedro traído de Costa Rica durante el siglo XVII, que se extiende a ambos lados. 

La sillería es preciosa y consta de 130 asientos. En la parte central, como unión de las dos hileras, está el asiento principal del Guardián de la Orden, el cual tiene en su espaldar una hermosa talla del abrazo de San Francisco y Santo Domingo. La segunda hilera, por su parte, tiene talladas en alto relieve 71 imágenes que están separadas por pequeñas ménsulas en forma de cariátides. En el centro se encuentra el facistol, un mueble giratorio donde se solían colocar los libros cantorales. 

La cúpula del templo es de estilo mudéjar y, por sus dimensiones, no tiene comparación en todo el continente americano. Si bien su construcción data del 1625, el sismo de 1940 causó destrozos que obligaron a restaurarla. Estuvo lista en 1969.

Historia del templo

Una vez fundada Lima por Francisco Pizarro el 18 de enero de 1535, se distribuyeron los solares. A la orden Franciscana de los Doce Apóstoles le fue cedido uno sobre el cual fray Francisco de la Cruz levantó una pequeña ramada que usó como capilla. Al cabo de un tiempo, el Padre De la Cruz tuvo que ausentarse y como no había otro franciscano en el valle, el solar quedó abandonado. 

Puerta principal

Pizarro lo añadió entonces al que había dado a los dominicos y destinó otro para los franciscanos. Tal el lugar que ocupa hoy la Capilla de Milagro. 

En 1546, llegó a Lima Francisco de Santa Ana, quien logró edificar una modesta y pequeña iglesia que fue mejorada y ampliada al levantarse el Convento. Gran parte de la obra se debe al auspicio del virrey del Perú, Andrés Hurtado de Mendoza, que era protector de la Orden. Durante el siglo siguiente, el templo fue objeto de una serie de arreglos y decoraciones que hicieron de él una maravilla del arte colonial. 

Su construcción no era en aquel tiempo muy sólida. En 1614, el arquitecto y obrero mayor del convento, fray Miguel de Huerta, advirtió que los pilares tenían escasos cimientos y estaban colocados sobre cascajo. Ello tuvo consecuencias el 4 de febrero de 1655, cuando un terremoto que tiró abajo el templo destruyó incalculables riquezas artísticas y el esfuerzo de un siglo.

Felizmente, la Orden no se amilanó ante esta dura prueba. Francisco de Borja, su comisario general, fue quien contrató los servicios del arquitecto portugués Constantino de Vasconcelos y del alarife limeño Manuel Escobar. Les encargó que proyectaran y edificaran un nuevo templo en el sitio del que se había caído. La primera piedra fue puesta por el virrey de entonces, Luis Enríquez de Guzmán, conde de Alba de Liste, el 8 de mayo de 1657 y luego, en 1669, se hizo cargo de la obra el nuevo comisario general de la orden, fray Luis de Cervela, quien logró culminarla.

La iglesia fue inaugurada con gran pompa el 3 de octubre de 1672 y las reparaciones en el interior del convento contiuaron hasta 1729. 

El Convento presenta hoy por hoy notables patios y jardines que están rodeados de arquerías con zócalos de azulejos sevillanos del taller de Hernando de Valladares. En una amplia sala de techo de madera labrada hay cuatro pinturas de santos y, en otra, un tríptico del Señor Crucificado.Según cuentan las tradiciones escritas por Ricardo Palma, los azulejos fueron colocados por el español Alonso Godínez, quien había sido condenado a la horca por haber matado a su esposa. Al ser confesado por el guardián de San Francisco el día de su ejecución, le contó que era un hábil alfarero. El sacerdote se trasladó inmediatamente al Palacio y solicitó que se indultara a Godínez a condición de que éste vistiera el hábito de lego y permaneciera el resto de su vida en el convento, pedido que fue concedido.

La visita

Llegué a este lugar ansioso por conocer más a San Francisco Solano, santo que al que desde siempre le había prestado mucha atención. Sin embargo, me encontré con un complejo religioso lleno de gracia de Dios y de devoción. 

Las naves de la iglesia me recordaron a la Catedral Mezquita de la ciudad de Córdoba en España. Un ambiente especial se respiraba.

El retablo dedicado a Jesús Nazareno realmente me conmovió. Allí vi a muchos hombres que oraban y luego me enteré de que son parte de la cofradía del Jesús Nazareno de San Francisco. 

Para mi sorpresa, la imagen más venerada de este templo es la de San Antonio de Padua al que el papaLeón XIII llamó «el santo de todo el mundo», porque su imagen y devoción se encuentran por todas partes.

Con todo, me hice un rato para orar frente al altar de San Francisco Solano, uno de los evangelizadores que llevó a Dios a mi querida Argentina. 

Tips de Viajero

  • La Iglesia de San Francisco de Asís está situada en el cruce de la tercera cuadra del Jirón Ancash (Calle San Francisco) con la primera cuadra del Jirón Lampa (Calle Soledad).
  •  El horario en el que se puede visitar el templo es de 10:00 a 12:00 y de 16:00 a 19:00.
  •  Está muy cerca de la Catedral y de la plaza de Armas, en pleno centro histórico de la ciudad de Lima.

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