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Volver a misa

por Editor mdc
Parroquia Del Valle

Tercera entrega de esta serie de artículos donde se comparte la experiencia de volver a misa en tiempos de pandemia. En esta oportunidad publicamos dos testimonios que nos llegan desde la tierra del Papa Francisco: Argentina.

De chiquilín te miraba de afuera /Como a esas cosas que nunca se alcanzan. /La ñata contra el vidrio…. Cafetín de Buenos Aries, tango argentino

Desde el 20 de marzo, día en que en mis país (Argentina) se estableció el aislamiento social preventivo y obligatorio – popularmente conocido como cuarentena- a causa de la pandemia, a la Misa la vi, viví, pantalla de por medio. Pero todo cambió el domingo 14 de junio, celebración del Corpus Christi. Por un rato me convertí en trabajador esencial y participé de la organización de la misa, colaborando en la transmisión vía Facebook e Instagram  de la celebración Eucarística. Y aunque mis herramientas de trabajo son las palabras, me resulta difícil transmitir a través de ellas las sensaciones que experimenté. ¿Cómo explicar en palabras la emoción que recorría mi cuerpo? ¿El nudo en la garganta esperando el momento de volver a comulgar sacramentalmente después de casi tres meses? ¿Cómo describir que miraba cada rincón del templo como si fuera la primera vez que iba a mi parroquia en la ciudad de Córdoba? ¿Cómo narrar la impactante vivencia, alegría, de darme cuenta de que me siento feliz de que Dios esté en mi vida? Quizás, esa mañana de domingo Jesús me haya dado la respuesta. En silencio, a las 11.50, me entregó su cuerpo y su sangre. A mí, de aquí en adelante, me queda tratar, día a día, de ser digno de que siga entrando en mi casa.

Carlos Rodríguez Zía, Córdoba, Argentina.

Basílica Nuestra Señora de los Desamparados, San juan, Argentina.

“El amor del Señor siempre me espera”

Me llamo Rodolfo Federico, Guevara Vega; soy del Departamento de Pocito, Provincia de San Juan, Argentina. El domingo de Corpus Cristhi, tuve la Gracia de volver a la Santa Misa y al encuentro con mi Señor, en la Eucaristía. Ese día sentía que el Señor me esperó, me abrió sus brazos y me abrazó como un Hijo que se pierde de sus papás. Ese día quedé en juntarme con mis hermanos de Comunidad que caminamos juntos en el Movimiento de la Palabra de Dios. Desde que comenzó la cuarentena preventiva y obligatoria, por medio de las plataformas virtuales tenemos nuestra reunión comunitaria y oramos en comunidad. Desde que en San Juan habilitaron las Misas presenciales, justo el domingo de Corpus Cristhi, quedamos en reencontrarnos para ir a Misa.  Ese día llegamos tempranito a la Basílica Nuestra Señora de los Desamparados para compartir ese momento tan especial. Llegamos y nos enteramos que era por turno. Nosotros no lo teníamos, pero nos quedamos a esperar si faltaba alguna persona con turno para poder entrar.

El Señor “NO SE QUEDÓ CON LAS GANAS” y nos permitió encontrarnos con Él. Fue un momento de mucha emoción. Se me revivía el Encuentro del Papa en la Jornada Mundial de la Juventud – Río de Janeiro 2013 con los argentinos. Palpitaba fuerte el corazón, se me ponía “la piel de gallina” como se dice acá en mi país,  pero a la vez mucha tristeza al ver el templo vacío. Pero igualmente y gracias a Dios, pude encontrarme con el Señor, después de cuatro meses. En ese momento orábamos junto a mis hermanos de comunidad que estaba en ese momento, por el Camino que nos pone el Señor, ese camino que parece con mucha dificultad pero al final es un ¡camino de victorias! Que María Madre de Jesús y Madre Nuestra, nos cubra con su manto para poder salir victoriosos de este momento que está pasando en la humanidad.

                                                           ¡Unidos en la oración! ¡Hasta el cielo no paramos!

Rodolfo Federico, Guevara Vega, San Juan Argentina.

 

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