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Caminar con Él, vivir con Él, amar con Él

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Este es el primer domingo del mes de julio. Estamos empezando nuestra semana, nuestro día. Este mes en el nombre del Señor caminar con él, vivir con él, amar con él, incluso sufrir y morir con él. Pero con Cristo Jesús tiene sentido todo lo que nos pasa en la vida, escuchémoslo en su palabra.

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 11, 25-30

Jesús dijo: 
«Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños.
Sí, Padre, porque así lo has querido.
Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.»
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio.
Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.»

Palabra de Dios

Transcripción de La Voz del Pastor del 05 de julio de 2020

Este Capítulo 11 de San Mateo que escuchamos hoy nos permite ver a Jesús cumpliendo su misión. Unos los rechazan y otros lo aceptan. ¿Quiénes lo rechazan? Los que creen que saben la palabra de Dios, aquellos que consideran que son maestros y doctores de la ley, lo rechazan quienes lo reciben, quienes le abren el corazón a su mensaje y a su presencia bendita, los pobres, los sencillos, los humildes, los niños, los marginados; por eso el señor Jesús está haciendo una oración al padre Dios en distintos momentos.

Jesús ha orado, es más, Jesús nos enseñó a orar a Dios nuestro padre y no a que le digamos Dios ni ya ve como un Dios lejano, sino que lo tengamos como un Padre cercano. Nos enseñó el camino de la espiritualidad con ternura y por eso nos dijo: cuando ustedes se dirijan al Padre no digan muchas palabras, pero empiezan diciendo padre nuestro, padre de todos y aquí está el Señor poniendo en práctica lo que nos enseñó en la oración. 

Él es el maestro de la oración tierna, de la oración sencilla, de la oración dirigida con toda la vida al Padre Celestial. Está diciendo, te doy gracias padre señor del cielo y de la tierra. Familia, quiero decirle: hoy dele gracias al Señor por su vida, por su fe, por el alimento, por el techo que los cobija, dele gracias por lo sencillo, por lo que tiene en su existencia; por lo que tiene a mano porque está vivo todavía y porque en su corazón está el señor Jesús, con la gracia del Espíritu Santo está la Virgen María acompañando y amando a su familia.

El señor está orando y dice has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las ha revelado a los sencillos a los humildes, así te ha aparecido el Padre Dios, ojalá que nosotros aprendamos el camino de la simplicidad en la vida, de no ser tan complicados, de no ser amargados, de no ser tan elevados en las cosas de ser sencillos, por eso humildad es tener los pies en la tierra y el Señor quiere que nosotros seamos humildes. Un mental es el que es capaz de dialogar con el hermano mirándolo a los ojos, sintiéndolo como alguien que nos pertenece.

El señor Jesús está diciendo vengan a mí, vengan todos los que estén cansados y agobiados que yo los aliviaré. Y lo hace con esa humildad y esa cercanía porque sabe que en nuestra vida familiar social personal hay sufrimientos, alguien puede estar cansado, decepcionado, aburrido, triste, de pronto sin motivaciones para empezar este mes por todo lo que vemos en los noticieros; por todo lo que le está pasando a la humanidad. Pero el Señor le está diciendo a usted y me está diciendo a mí vengan a mí todos cansados, vengan con sus agobios, vengan con sus heridas, vengan con sus llagas.

Dice el Papa Francisco: vengan con sus pecados porque el pecado nos cansa, el pecado nos fatiga, vengan a mí y Él es nuestra medicina, Él es nuestra salvación, Él transforma nuestra vida. Vengan a mí dice el señor Jesús y no nos promete que vamos a salir de los problemas y que se van a desaparecer los problemas, dice vengan a mí y carguen con mi yugo y el yugo es lo que une a los dos bueyes, osea, venga y camine conmigo, venga y trabaje conmigo, venga que yo le ayudo a llevar su vida, por favor, deje que Jesús cargue el yugo de su familia, el yugo de su misión, el yugo de su trabajo y de su vocación, y verá que más llevadera será la vida.

No desaparecen los problemas, pero aparece el hermano, el cercano, el salvador, el Emmanuel, el hijo de la Virgen María acompañando a su familia. Empieza este mes con energía, con esperanza y con presencia de Jesús que acompaña a su vida. 

Que el Señor nos bendiga y acompañe en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

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