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Combinemos razón y sabiduría espiritual para nuestra santificación

por Mons. Luis José Rueda Aparicio
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Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti

Evangelio según San Mateo 25,1-13

Por eso, el Reino de los Cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus lámparas al encuentro del esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco, prudentes.
Las necias tomaron sus lámparas, pero sin proveerse de aceite,
mientras que las prudentes tomaron sus lámparas y también llenaron de aceite sus frascos.
Como el esposo se hacía esperar, les entró sueño a todas y se quedaron dormidas.
Pero a medianoche se oyó un grito: ‘Ya viene el esposo, salgan a su encuentro’.
Entonces las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas.
Las necias dijeron a las prudentes: ‘¿Podrían darnos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se apagan?’.
Pero estas les respondieron: ‘No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo al mercado’.
Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta.
Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: ‘Señor, señor, ábrenos’,
pero él respondió: ‘Les aseguro que no las conozco’.
Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora.

Palabra del Señor

Transcripción de La Voz del Pastor del 8 de noviembre de 2020

El Capítulo 25 de San Mateo es bellísimo. El señor Jesús nos regala una maravillosa parábola, esa parábola la hemos escuchado una y otra vez, y podemos mirarla. Es la parábola de las diez vírgenes, cinco de las cuales eran prudentes y cinco eran necia. Pero hay una serie de detalles en esta parábola, que el señor no está. Primero el detalle de una esperanza, del encuentro con un novio, del encuentro en el amor y esa es la vida cristiana, la vida cristiana suya y mía y de todas las épocas, de hombres y mujeres, es un encuentro en el amor con el novio. Pero, además, hay otros elementos, el elemento de la lámpara, el elemento del aceite, el elemento de la noche oscura, el elemento de la demora, de la llegada del novio para el encuentro con las vírgenes y una voz que se oye en medio de la noche.

Tomemos algunos de estos detalles para nuestra vida y encontraremos que se necesita tener la lámpara, y la lámpara la tenemos todos nosotros porque Dios nos dio la capacidad de raciocinio. Si representamos la lámpara con la razón diríamos todos, tanto las necias como las prudentes tienen esa herramienta, tienen la lámpara y usted la tiene y yo la tengo, y todos los seres humanos tenemos el uso de la razón y ese es un don de Dios. También lo podemos representar con la lámpara y ese es un primer nivel de conocimiento, el nivel racional, el nivel científico, el nivel que nos permite profundizar a través de las ciencias, porque las ciencias también nos llevan hasta cierto punto en el encuentro con Dios. Pero no es suficiente la razón, la razón que es la lámpara debe estar acompañada por el aceite, ¿qué sería la lámpara sin el aceite? Entonces, ¿qué es el aceite?

Propiamente el aceite es la presencia espiritual de Dios en la vida de nosotros, metido en esa lámpara. En la razón diríamos es la sabiduría espiritual y esa sabiduría espiritual se conquista, se adquiere en la vigilancia, en el discernimiento. Está bien en el estudio científico, pero además en la oración, allí en la oración usted va llenando la lámpara de su vida, va llenando la razón y se va a dar cuenta que entre más ora, más se entiende a través de la razón, que si se queda solamente con la lámpara llega un momento en que la lámpara se seca, se agota y se apaga, pero si usted permite que el espíritu santo venga con todos sus dones, la lámpara entonces oración y razón, reflexión y profundización espiritual van convirtiendo al bautizado,, al ungido en la frente y en el pecho, en una persona sabia, en una persona buscadora de Dios con lámpara y con aceite.

No vaya a permitir que se quede usted solamente con la lámpara vacía, sea capaz de trabajar, de buscar, de madrugar, de encontrarse con el amado a través de la oración y la oración se alimenta en el silencio, se alimenta en la palabra de Dios, se alimenta en los sacramentos, se alimenta en la contemplación del Dios que, a través de la creación de la casa común, nos va hablando permanentemente y se alimenta, además en el encuentro con las personas, 

Oración, palabra de Dios, misión, contemplación, diálogo con las personas es aceite, es aceite para su lámpara y entonces cuando se oye en medio de la noche, en medio de la oscuridad de la vida, en medio de la oscuridad social, ¿qué puede haber en medio de la oscuridad familiar? Se oye una voz, llega el novio y se oirá la voz, la voz que nos llama al encuentro y cada uno se levanta. Aquellas mujeres se levantaron con su lámpara, con la lámpara de la razón, pero era medianoche y no había llegado el novio y su lámpara se agotó; pero aquellas que habían alimentado espiritualmente y que habían dejado que el Espíritu Santo llenara la lámpara de su razón, con la sabiduría espiritual. Ellas estuvieron dispuestas a ir al encuentro con el novio.

Conclusión para su vida y para mi vida, use siempre la razón para buscar a Dios, pero acompañe la razón con la oración, con la espiritualidad y entonces la lámpara que es una vasija y el aceite que es un don del Espíritu Santo en su vida permitirá que usted se encuentre con el novio, con el amado, con el esperado y que esa voz “ha llegado el novio” sea para usted, para su familia.

Qué importante es que nosotros los bautizados combinemos razón y sabiduría espiritual para nuestra santificación, para nuestra búsqueda familiar y para que la humanidad y la sociedad, toda con razón y sabiduría espiritual encuentre los caminos de Dios. Que el Señor nos bendiga en esta semana, que seamos buscadores madrugadores,  buscadores del encuentro con el novio, que escuchemos la voz y estemos prontos a responderle y encontrarnos con él en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.


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1 comentario

Esperanza agosto 27, 2021 - 8:45 am

Que Dios les regale El Cielo, a cada una de las personas que trabajan de la mano de Mons. Luis José Rueda Aparicio, para ganar almas para Nuestro Señor Jesucristo.
La Paz esté siempre con ustedes ??

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