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«Que Dios ama al mundo»

por Mons. Luis José Rueda Aparicio
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“Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su hijo para que todo el que cree en él se salve”.

Evangelio según san Juan (3, 14,21)

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:

“Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del Hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.

Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.

Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del unigénito de Dios.

Este es el juicio: Que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas.  Pues todo el que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.

En cambio, el que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios”.

Palabra del Señor 

Transcripción de La Voz del Pastor del 14 de marzo del 2021

El capítulo 3 de san Juan nos muestra a Jesús en la casa de Nicodemo; Nicodemo está escuchando de viva voz al Maestro, que bueno que nosotros también podamos invitar a nuestra familia la presencia del Señor Jesús, como lo hizo Nicodemo; y Nicodemo escuchó un anuncio maravilloso de boca de Jesús, del Maestro y ese anuncio nos sigue llenando de esperanza de fuerza y de confianza a todos los seguidores de Cristo; ¿cuál fue el anuncio?, Jesús le dijo a Nicodemo y se lo dice hoy a usted y a la humanidad entera: “Que Dios ama al mundo” y que porque Dios ama al mundo entrega a su propio hijo. 

Vamos caminando en este sendero de la Cuaresma hasta llegar a la Semana Santa, cuyo centro es el Triduo Pascual de la entrega de Jesús, de su muerte y de su resurrección;  pero esto no se puede entender sin el amor del Padre, no es una tragedia, es una entrega, es el verdadero amor del padre que entrega a su hijo; ¿cuál papá, cuál mamá, está dispuesta, está dispuesto a entregar a su hijo amado?; pero el Padre lo ha hecho por usted y por mí.  Tanto amó Dios al mundo que entregó a su hijo, y no por nuestros méritos sino todo lo contrario, por nuestras heridas, por nuestros pecados, por aquello que nos aparta del camino de Dios y del camino de los hermanos. 

Pero Dios toma una decisión de amor, no de juicio, ni de condena, la presencia de Jesús en la cruz, su entrega por amor es para que usted y yo nos salvemos. Es la expresión más grande del amor del Padre, saber que el Padre nos ama, nos sacude dentro en la conciencia, nos ilumina, nos impulsa, y nos pone en camino por senderos de santidad.

Que el Señor bendiga a su familia.

Déjese amar esta semana por el Señor y anúnciele a su familia que Dios los ama a todos.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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