Portada » «La santísima Virgen María nos muestra el camino»

«La santísima Virgen María nos muestra el camino»

por Mons. Luis José Rueda Aparicio
Asunción

“Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador”

Evangelio según san Lucas 1, 39-55

En aquellos días, Maria se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá: entró en casa de Zacarías y saludo a Isabel.

En cuanto Isabel oyó el saludo de María, salto la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito:

-«Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. (Ultram)

María dijo:

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:

su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahám y su descendencia por siempre.

María se quedó con Isabel unos tres meses después volvió a su casa.

 Palabra del Señor

Transcripción de La Voz del Pastor del 15 de agosto de 2021

En esta Solemnidad de la santísima Virgen María, la Iglesia nos propone leer el evangelio de san Lucas en el capítulo primero y allí nos encontramos con la santísima Virgen María que se pone en camino para visitar a su pariente Isabel, es una actitud de la Reina del cielo que camina entre nosotros, que camina con su familia, que camina con nuestra historia.

Llega a una casa humilde en un pueblo llamado – Ain Karem, allí viven Zacarías e Isabel, se encuentran dos mujeres; una anciana y una joven, ambas con el signo de la vida, la madre de Juan el bautista, el precursor y la madre del Redentor de la humanidad, que es Jesucristo el Señor. Se encuentran y el Espíritu las llena de alegría a ambas, la una proclama el gozo de esa visita maravillosa en su hogar y la otra se une con los pobres, con los sencillos, de la humanidad, de la historia, de todos los tiempos, para decir: “Proclama mi alma la grandeza del Señor”.

María, reconoce las obras grandes, las obras maravillosas que Dios realiza en los sencillos y esa gran obra es la vida, por eso hoy saludo a todas las madres gestantes y saludo a todas las madres que han dado a luz a sus hijos en medio de dificultades, de luchas, y que tienen esas pruebas para educarlos, para formarlos, para acompañarlos en el camino de Dios.

Sigan adelante, llénense de alegría; la santísima Virgen María nos muestra el camino y las acompaña a ustedes queridas madres y también damos gracias por nuestras madres que ya murieron y las ponemos en manos del Señor y que María santísima les muestre el camino para llegar a la plenitud.

María es llevada al cielo, es asunta al cielo, porque ella fue elegida para ser la madre bendita del Salvador y el Hijo de Dios, nacido de la Virgen María, pasó por la cruz, fue al sepulcro, se unió con todos nosotros y nuestros seres queridos que ya murieron; pero resucitó triunfante y de ese triunfo participa la santísima Virgen María que es asunta al cielo y que es coronada como Reina de todo lo creado.  Ella siendo la Reina del cielo y de la tierra se mantiene sencilla, humilde, caminante y va hasta su familia, a la familia de cada uno de nosotros para llevarnos la buena noticia del Dios con nosotros, del Emmanuel, del Salvador

Que la Virgen María acompañe su vida, su familia y sus trabajos en esta semana.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Artículos relacionados

Deja un comentario