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Meditación del día 15 de agosto

por Pbro. Luis A. Zazano
Lucas 1, 39-56-FB

Evangelio según san Lucas 1, 39-56

María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá.
Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo,
exclamó: «¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?
Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno.
Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor».
María dijo entonces: «Mi alma canta la grandeza del Señor,
y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador,
porque él miró con bondad la pequeñez de tu servidora.
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz».
Porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas:
¡su Nombre es santo!
Su misericordia se extiende de generación en generación
sobre aquellos que lo temen.
Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón.
Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes.
Colmó de bienes a los hambrientos
y despidió a los ricos con las manos vacías.
Socorrió a Israel, su servidor,
acordándose de su misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abraham y de su descendencia para siempre».
María permaneció con Isabel unos tres meses y luego regresó a su casa.

Se levantó y se puso en camino


1) María solidaria: Ella sale, no espera que le avisen o notifiquen, mucho menos que le llegue un WhatsApp. Ella no espera, va, porque sabe que alguien la necesita. Eso es ser un cristiano solidario, el que no espera, sale. En ese sentido somos un poco relajados, siempre esperamos a que nos llamen en vez de ofrecernos. Eso es lo que nos aclara el Papa con «primerear». Vamos, salí y busca a tu hermano que te necesita. Y si sabes que está mal no te quedes con el chisme; por lo menos, si te enteras, salí y ayuda, y no transmitas el chisme. Al estilo de María: «Me necesita, ¡voy!”.


2) María contemplativa: Contempla su vida y su alrededor desde Dios y qué es lo que Dios quiere de ella. Es desde la visión sobrenatural donde descubre su aporte a la historia de la salvación. Es eso lo que hoy tenés que hacer, es mirar tu vida desde Dios. Dios te trajo aquí para que cumplas una misión, vos estás aquí para mostrar la grandeza de Dios. Solo podés comprender lo que te pasa y lo que te toca enfrentar desde Dios. Este término «por algo será», cámbialo por «para algo será». Aprende a mirar desde Dios las cosas y en vez de lamentar, alabarás.


3) María, asunta: Es lo que celebramos. María te recuerda que estás llamado a ir al cielo. El camino es contemplar y ver a Dios en lo cotidiano y el puntito de ayuda es el servicio. Hay algo más que esta vida, es tu vida al cielo. No te detengas, que estás a mitad de camino. Vos podés. Hoy, cuando puedas, mira arriba, mira al cielo y decí por dentro «Mi vida no termina aquí, termina allá».

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