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Meditación del día 18 de abril

por Pbro. Luis A. Zazano
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Evangelio según san Juan 6, 44-51

Jesús dijo a la gente: «Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió; y yo lo resucitaré en el último día.
Está escrito en el libro de los Profetas: Todos serán instruidos por Dios. Todo el que oyó al Padre y recibe su enseñanza, viene a mí.
Nadie ha visto nunca al Padre, sino el que viene de Dios: sólo él ha visto al Padre.
Les aseguro que el que cree, tiene Vida eterna.
Yo soy el pan de Vida.
Sus padres, en el desierto, comieron el maná y murieron.
Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquel que lo coma no muera.
Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo».

Yo soy el Pan de vida

1) La gente: El estilo de vida cristiana no pasa por lo que la gente diga o no diga. El seguir a Jesús no es una cuestión de moda. Incluso el ser cristiano no es una implicancia de que buscamos adherir a más gente, para “tener más socios”. Ser cristiano es un estilo de vida que uno asume luego de un encuentro con Jesús. Ser cristiano es una decisión y no una asociación. Ser cristiano no es un conjunto de personas que cumplen normas para sentirse más puros que otros. Ser cristiano no es ser cumplidores de ritos sin sentido. Ser cristiano es vivir con Cristo, en Cristo y para Cristo.

2) Viene a mí: Me di cuenta en estos tiempos que yo lo quiero resolver todo, como que no voy a Jesús, sino que siempre voy a otras personas o cosas. Busco la calma en pasar horas viendo Netflix, o busco la calma en la comida o en la bebida, incluso en la pornografía… Es buscar calma en cosas que pueden calmarme por un momento, pero es poner anestesia a mi vida más que soluciones a mi vida. Enfrenta las cosas de la vida sabiendo que está Cristo en tu vida y desde allí asumí tu vida con todos los sacrificios que implica.

3) En el desierto: Los israelitas, por no enfrentar el problema por el miedo de las grande personalidades que había, escaparon al desierto. Hay veces que estás en el desierto porque no querés enfrentar las cosas por miedo a lo que se te venga. Una vez un amigo fue al médico por las contracturas que tenía. Pasaba días sin dormir y hasta incluso no podía sentarse. El médico le dijo que se quede tranquilo que le iba a dar algo que tome para calmar sus dolores físicos. Le puso en la receta: “tome decisiones, no son más que dos, pero tómela”. Por eso hoy pensá con calma y toma las decisiones para no vivir en un desierto eterno. Algo bueno está por venir.


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1 comentario

Néstor Florenciano abril 18, 2024 - 9:08 am

Buen día, padre, es como usted dice muchas veces huimos del desierto y no escondemos en los placeres y la vanidades que nos ofrece el mundo para calmarnos. Le pido a Jesús que me oriente a retomar el camino al desierto y asumir las decisiones que me quedan por delante.

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