Vivió ejemplarmente como madre y como reina
Hoy, como cada 16 de noviembre, la Iglesia celebra la fiesta de Santa Margarita de Escocia.
Margarita nació en Hungría en el año 1046, en momentos en que su familia se encontraba exiliada, debido a la invasión danesa que había sufrido Inglaterra. Pasado un tiempo, pudieron regresar, pero al caer Inglaterra en poder de Guillermo el Conquistador, Margarita y sus hermanos se refugiaron en Escocia, donde reinaba Malcon III, con quien contrajo matrimonio, convirtiéndose en Reina de Escocia. Durante su reinado, Margarita se dedicó especialmente a los más necesitados y pobres con fervorosas labores caritativas.
Margarita tuvo seis hijos varones y una niña con su esposo Malcon III, quien al prinicipio se comportaba de manera cruel, pero se fue volviendo amable y caritativo gracias a las virtudes de Margarita. La transformación que la santa produjo en su esposo fue tan profunda que él mismo le ayudaba a servir a los pobres que llegaban a pedir alimentos. La Reina educó a sus hijos en los valores cristianos y se ocupó de que aprendieran el catecismo y la doctrina de la Iglesia Católica. Dos de ellos llegaron a ser santos y tres fueron reyes. Del esposo de su hija, Enrique I, proviene la actual familia real de Inglaterra.
Margarita alimentaba y aseaba cada día a los pobres que se acercaban a ella, repartía limosnas y se preocupaba por la educación de su pueblo. La reina hizo numerosas donaciones con las que se construyeron templos y conventos y se encargó cuidadosamente de conseguir sacerdotes bien preparados y fervorosos para las parroquias. Además, Margarita creó una asociación de señoras que tejían y bordaban ornamentos para las parroquias. La santa llevaba una profunda vida de oración y participaba fielmente de los servicios eclesiales. Margarita atendía personalmente a los pobres, incluso antes de probar bocado ella, y propagó la lectura de la vida de los santos en su familia y el pueblo.
En el año 1093, cuando su esposo y su hijo primogénito murieron en la batalla por recuperar su castillo, Margarita enfermó y, luego de ofrecerle a Dios su dolor, partió a la Casa del Padre el 16 de noviembre. Se dice que, al fallecer, su rostro recuperó la calma, el color y la belleza que había tenido e inmediatamente el pueblo comenzó a honrarla como santa.
Margarita es la patrona de Escocia y es recordada por su admirable generosidad para con los pobres y afligidos, fue canonizada en el año 1251 por el Papa Inocencio IV, como resultado de su santidad personal y su fidelidad a la Iglesia.
Hoy, pidamos especialmente la intercesión de Santa Margarita de Escocia para poner nuestra vida al servicio de los más necesitados porque hasta el cielo no paramos.