“El que quiera seguirme que se niegue a si mismo, cargue con su cruz y me siga”. Mt 16,25
Cordial y bendecido saludo, hermanos, como cristianos católicos que somos y desde el momento mismo en que recibimos la bienvenida a la iglesia por medio del bautismo, estamos llamados a ser discípulos del señor y nace en nosotros también la inquietud de cómo poder serlo al igual que los discípulos de los tiempos de nuestro señor.
A manera de iluminación bíblica nos encontramos con el evangelio según san Mateo 16, 21-27, en Él Jesús comienza a explicar a sus discípulos lo que tendrá que sufrir, comienza a narrarles que se inicia su camino hacia la pasión y muerte, esto causa gran impacto entre sus discípulos, pues no entendían los designios de Dios, especialmente Pedro, quien días antes lo había reconocido como el Mesías y en esta ocasión estaba siendo piedra de tropiezo para Jesús. Por eso el le responde drástica y radicalmente “¡Retírate Satanás! Quieres hacerme caer. Piensas como los hombres, no como Dios” Mt 16, 23. E insiste “el que quiera salvar su vida la perderá; pero quien pierda la vida por mi causa la conservará” Mt 16,25
Hermanos, para ser auténticos discípulos, hay que ser incondicionales y fieles en el seguimiento a nuestro señor Jesús, aunque el discipulado implique dificultades y hasta persecuciones, es decir cargar también con la cruz; si queremos ser discípulos debemos asumir todo lo que esto implica, y no ser un discípulo fariseo.
A propósito, el papa Francisco habló de tres claves para ser un discípulo sin el síndrome del fariseo, esto lo expresó el 9 de Septiembre de 2017 en el contexto de su viaje apostólico en Medellín Colombia. “ Jesús invita a sus discípulos a tener tres actitudes y plasmarlas en sus vidas: ir a lo esencial, renovarse e involucrarse. (https://www.stocktargetadvisor.com/) Lo primero, ir a lo esencial, significa ir a lo profundo, a lo que cuenta, y tiene valor para la vida. La renovación no nos debe dar miedo. La iglesia está siempre en renovación. La tercera palabra involucrarse, precisamente, invitó , como cristianos “ayudar a que otros se sacien de Dios; no impedirles o prohibirles ese encuentro””
Amigos, pidámosle pues a Dios que nos de hambre de Él , que queramos seguirle incondicionalmente como sus discípulos y que con nuestro ejemplo de vida motivemos a muchos más al seguimiento del señor.
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1 comentario
Leidy menciona en su artículo a Mateo 16,25 si hay que dar la vida se da, eso esta bien, pero lo más probable que pase es que tengas que luchar el día a día para ser coherente con tu vida, cargar tus cruces diarias, ofrecer tu trabajo, tu estudio, dar gracias por lo recibido, pedir perdón y pedir ayuda, eso es la vida del Cristiano.
Creo que para ser verdaderos discípulos de Cristo hay que dar EJEMPLO. No solo basta ir a misa o darse golpes de pecho, hay que ser COHERENTES, tener unidad de vida, ser de una sola pieza. De qué vale ir a misa, ser ministro de la eucaristia, haber asistido a un retiro de Emaus y luego al salir de ella se empieza a hablar mal del cura o de tal o cual persona, hacer «chanchullos» en el trabajo, manejar como un loco y gritarle a todo el mundo… etc etc.
Tenemos que seguir el ejemplo de Cristo y esto significa: vivir la humilda, la pobreza, que la gente nos vea y vea en nosotros el rostro de Jesús a través de nuestras obras. Si nos va bien, dar gracias a Dios, si nos va mal o las cosas no salen como queremos, entonces ofrecemos esas cruces a Dios por tantas necesidades que hay en el mundo. Para ser verdaderos cristianos hay que cómo lo dije anteriormente, tener UNIDAD DE VIDA.
Lo que dice el Papa Francisco y que Leidy menciona en este artículo se refiere a eso. Esencial, renovarse e involucrarse. Esencial = la esencia es ser como Cristo = Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo y esto implica muchas cosas que van mas allá de una misa o rezar un rosario, implica una lucha interna por ser cada día mejores personas, por tener espíritu de servicio, solidaridad, compasión, caridad, tener FE, etc. etc. Renovarse = para renovarse hay que formarse, educarse y vivir la piedad para tener vida sobrenatural, tener filiación divina. Involucrarse = hacer apostolado, invitar a nuestros amigos que están alejados de Dios de una manera personal, ayudar en nuestra comunidad, a los necesitados, etc.