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Como un Newman católico explica más completamente la presencia sacramental de Cristo.

por Pbro. Juan Rodrigo Vélez
eucaristia

«Cristo ha prometido que estará con nosotros hasta el final»

Newman escribe que Jesús se apareció a San Juan como se relata en el libro del Apocalípsis y a San Pablo en Corinto y Jerusalén en visiones, pero “Estas apariciones no eran una presencia real de Cristo, como podemos conjeturar, sino impresiones hechas divinamente y sombras sobre la mente “.

Él hizo lo mismo con San Esteban cuando vio los cielos abiertos y al Hijo del Hombre parado a la diestra de Dios. En la conversión en Damasco, sin embargo, Cristo se apareció a Pablo, no en una visión. Newman cita a Paul: “¿No soy un apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesucristo, nuestro Señor? “[1 Cor. ix. 1.] “Y él explica:” ¿Habría dicho esto, si solo hubiera tenido una visión de Él? ¿No tenía muchas más visiones de Él, no solo una?

Ser un testigo de la Resurrección de Cristo fue una condición para ser un apóstol. Newman continúa: “Si San Pablo vio solo una visión de Cristo, y no a Cristo” en verdad y realmente“, en ese caso no fue testigo de su resurrección. Pero si lo vió, es posible que Cristo también esté presente con nosotros, como con él “.

A diferencia de Pablo, no vemos y escuchamos los sonidos del Paraíso; no somos conscientes de Cristo de la misma manera. Newman nota que en las apariciones a otros discípulos después de la Resurrección hubo una comunión inconsciente. En su aparición a los dos discípulos de Emaús, no fue reconocido por la vista; solo era conocido por la fe.

“Cuando abrió los ojos de sus discípulos, de inmediato desapareció. Él eliminó su presencia visible, y dejó solo un memorial de Sí mismo. Desapareció de la vista para poder estar presente en un sacramento; y para conectar su presencia visible con su presencia invisible, por un instante se manifestó a sí mismo a sus ojos abiertos; se manifestó a Sí mismo, si puedo decirlo así, mientras que Él pasó de su escondite de la vista sin conocimiento, al de conocimiento sin vista “.

Como los discípulos de Emaús, a Santa María Magdalena no se le permitió tocar a Cristo después de reconocerlo. Luego, a Santo Tomás se le permitió verlo y tocarlo. Jesús dijo: “Tomás, porque me has visto, has creído; Bienaventurados los que no vieron, y creyeron “. La fe es mejor que la vista o el tacto”.

Newman resume su sermón con las siguientes palabras: “Cristo ha prometido que estará con nosotros hasta el final, con nosotros, no solo como Él está en la unidad del Padre y del Hijo, no en la omnipresencia de la Naturaleza Divina, pero personalmente, como el Cristo, como Dios y hombre; no está presente con nosotros en un determinado lugar y de modo sensible, pero sin embargo, en nuestros corazones y en nuestra fe. Y es por el Espíritu Santo que se efectúa esta comunión de gracia “. Y” Cómo lo afecta no sabemos; en lo que precisamente consiste, no lo sabemos. Nosotros no lo vemos; pero debemos creer que lo poseemos “.

Traducción: Marielos González de Paz / Artículo original en Inglés

 

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