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Te Alabamos Señor. Hoy: Salmo 24

por Editor mdc
24 Salmos

Alabar a Dios, orar, conversar con el Padre, siempre recordando nuestra condición de hijos amados por Él. Estos son algunos de los objetivos de este proyecto de Misioneros Digitales Católicos , que culminará cuando publiquemos el Salmo 150.

Hoy compartimos con ustedes el Salmo 24

SALMO 24 (versículos 1-10)

Salmo de David.

Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella,

el mundo y todos sus habitantes

2 porque él la fundó sobre los mares,

él la afirmó sobre las corrientes del océano.

3 ¿Quién podrá subir a la Montaña del Señor

y permanecer en su recinto sagrado?

4 El que tiene las manos limpias

y puro el corazón;

el que no rinde culto a los ídolos

ni jura falsamente:

5 él recibirá la bendición del Señor,

la recompensa de Dios, su Salvador.

6 Así son los que buscan al Señor,

los que buscan tu rostro, Dios de Jacob.

7 ¡Puertas, levanten sus dinteles,

levántense, puertas eternas,

para que entre el Rey de la gloria!

8 ¡Y quién es ese Rey de la gloria?

Es el Señor, el fuerte, el poderoso,

el Señor poderoso no los combates.

9 ¡Puertas, levanten sus dinteles,

levántense, puertas eternas,

para que entre el Rey de la gloria!

10 ¿Y quién es ese Rey de la gloria?

El Rey de la gloria

es el Señor de los ejércitos.

Fuente: El Libro del Pueblo de Dios. 

Voces: Cristian Lopez /Música: Juanjo Cabrera (Spotify) / Juanjo Cabrera (canal de Youtube)

Comentario del Salmo 24

Himno de alabanza a Dios, creador y rey victorioso, cantado a dos coros y estructurado
en tres partes: Dios creador (1-2), procesión litúrgica (3-6), entrada del Señor en su
santuario (7-10). El salmo comienza con un breve himno a Dios, creador universal y
vencedor de las fuerzas del caos. La segunda parte es una liturgia de entrada al templo
en la que, a través de un diálogo, se definen los requisitos éticos, positivos y negativos
para entrar en el templo y recibir la bendición divina. La tercera parte describe la vuelta
del Señor como guerrero victorioso a su santuario entre la aclamación de los fieles. Tiene
reminiscencias de un antiguo mito cananeo de recreación, que aquí es desmitologizado, y
de la antigua israelita de la guerra santa: la comunidad entra en el santuario con el arca
de la alianza, trono del rey de la gloria, que acaba de dar la victoria a su pueblo. La Iglesia
relee el salmo a la luz de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén y lo proyecta a la
parusía, cuando los justos se reunirán en la Jerusalén celeste y los limpios de corazón
verán a Dios.

Fuente: La Biblia, La Casa de La Biblia, edición aprobada por la Conferencia Episcopal Española

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