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Meditación del día 16 de Noviembre

por Pbro. Luis A. Zazano
Lucas 18, 35-43

Evangelio según San Lucas 18,35-43.

Cuando se acercaba a Jericó, un ciego estaba sentado al borde del camino, pidiendo limosna.
Al oír que pasaba mucha gente, preguntó qué sucedía.
Le respondieron que pasaba Jesús de Nazaret.
El ciego se puso a gritar: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!».
Los que iban delante lo reprendían para que se callara, pero él gritaba más fuerte: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!».
Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando lo tuvo a su lado, le preguntó:
«¿Qué quieres que haga por ti?». «Señor, que yo vea otra vez».
Y Jesús le dijo: «Recupera la vista, tu fe te ha salvado».
En el mismo momento, el ciego recuperó la vista y siguió a Jesús, glorificando a Dios. Al ver esto, todo el pueblo alababa a Dios.

Que pueda ver

1) Qué sucede: este hombre estaba al borde del camino y pidiendo plata. Son esas personas que a esta altura del año ya no quieren meterle pata a la vida, no ven la hora de que termine este año y tomar aire. Es estar al borde y no caminar; no dirigirse a un rumbo. Vos y yo podemos ser como este ciego, sentirnos hartos y cansados de caminar y de la gente, a la espera de que otros nos den, pero nosotros ya no generar nada. Vos tenés que levantarte y seguir. ¡Generá! No esperes que te den. Ponete las pilas y seguí adelante, deja de estar viendo cómo pasan cosas a tu alrededor y vos ves pasar a la situación. ¡Dale!

2) Que vea: Jesús lo llama, Él sabe lo que le pasa a esta persona. Los que rodeaban a Jesús no lo dejaban al ciego encontrarse con Él. Pasaron dos mil años y los que estamos alrededor de Jesús seguimos produciendo distancia en vez de cercanía. Jesús le pregunta a él qué quiere… ¡cuánto respeto y ternura hay! Dios respeta siempre tu libertad. Vos sos libre y nada ni nadie puede quitarte la libertad. Mira, ni el mismo Dios. Pero es pedirle volver a ver, volver a ver la vida, ver tu historia y tus proyectos, ver cómo sigue tu camino.

3) Glorificar a Dios: es para esto nuestra vida, a dar gloria a Dios. Volver a encarrilarte, saber a dónde ir en la vida y cómo caminar en la vida. Es pedirle a Dios fuerzas y sabiduría. Es volver a ver y seguir. Tu vida es un bien para los demás, el que vos estés bien nos hace mucho bien a muchos de nosotros. Los que te queremos nos gozamos cuando en la vida estás bien. A meterle con ganas que juntos podemos mucho.

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Un año con Jesus

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1 comentario

Joaquin Isla noviembre 16, 2020 - 1:16 pm

Gracias Dios
Dios los bendiga

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