Evangelio según San Marcos 2,23-28
Un sábado en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos comenzaron a arrancar espigas al pasar.
Entonces los fariseos le dijeron: «¡Mira! ¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido?».
El les respondió: «¿Ustedes no han leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus compañeros se vieron obligados por el hambre,
cómo entró en la Casa de Dios, en el tiempo del Sumo Sacerdote Abiatar, y comió y dio a sus compañeros los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes?».
Y agregó: «El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado.
De manera que el Hijo del hombre es dueño también del sábado».
Volver a Dios
1) Religión: la religión significa «religar», volver a ligar mi vida con mi Creador. Es unir mi vida natural con lo sobrenatural. Ese es el fin de la religión. Lo novedoso de nuestra religión es que quien busca religar, volver a unir lo sobrenatural con lo natural es el mismo Dios a través de Jesús, que siendo Dios se hizo hombre para que el hombre se haga Dios. Resumiéndote, Jesús te muestra que podés ser feliz viviendo una vida en Él sin tantas reglas. Porque lo que nos enseña hoy es que la religión se quedó en reglas y no en ayudarte a encontrar a Dios.
2) El hombre: la necesidad del mismo hombre Dios la ve y quiere sanar y aliviar. Pero lo curioso de estos «hombres de Dios» es que descuidan la necesidad del necesitado y eso no es de Dios. Todos los creyentes debemos recordar que nunca podemos destruir la dignidad del otro, porque si no valoro a la persona como persona significa que no me valoro a mí mismo. Valórate y acéptate como sos, así valorarás al otro como es.
3) Ligar: hoy lígate con Dios. Y este camino de la vida con Dios es apasionante porque descubrís que en tu corazón habita Dios y vos con Dios podés lograr grandes cosas. ¡Vamos, que te ayudamos! Ni la muerte puede destruirte, pero se necesita creer en Dios y en vos.