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Te Alabamos Señor. Hoy: Salmo 85

por Editor mdc
Salmos

Alabar a Dios, orar, conversar con el Padre, siempre recordando nuestra condición de hijos amados por Él. Estos son algunos de los objetivos de este proyecto de Misioneros Digitales Católicos, que culminará cuando publiquemos el 150.

SALMO 85 (versículos 1-14)

Del maestro de coro. De los hijos de Coré. Salmo.

2 Fuiste propicio, Señor, con tu tierra,

cambiaste la suerte de Jacob;

3 perdonaste la culpa de tu pueblo,

lo absolviste de todos sus pecados;

4 reprimiste toda tu indignación

y aplacaste el ardor de tu enojo.

5 ¡Restáuranos, Dios, salvador nuestro;

olvida tu aversión hacia nosotros!

6 ¿Vas a estar enojado para siempre?

¿Mantendrás tu ira eternamente?

7 ¿No volverás a darnos la vida,

para que tu pueblo se alegre en ti?

8 ¡Manifiéstanos, Señor, tu misericordia

y danos tu salvación!

9 Voy a proclamar lo que dice el Señor:

 el Señor promete la paz,

la paz para su pueblo y sus amigos,

y para los que se convierten de corazón.

10 Su salvación está muy cerca de sus fieles,

y la Gloria habitará en nuestra tierra.

11 El Amor y la Verdad se encontrarán,

la Justicia y la Paz se abrazarán;

12 la Verdad brotará de la tierra

y la Justicia mirará desde el cielo.

13 El mismo Señor nos dará sus bienes

y nuestra tierra producirá sus frutos.

14 La Justicia irá delante de él,

y la Paz, sobre la huella de sus pasos.

Fuente: El Libro del Pueblo de Dios. 

Voz:  Marina González Música: Juanjo Cabrera (Spotify) / Juanjo Cabrera (canal de Youtube)

Comentario del Salmo 85

En esta oración se refleja la situación espiritual de los que ya han pasado la prueba del exilio en Babilonia. La repatriación de los cautivos ha cambiado la suerte de Israel (v. 2) y es una prueba del amor del Señor hacia su Pueblo. Pero los vaticinios proféticos (Is. 60. 2) no se han cumplido plenamente, y la reconstrucción nacional se realiza en medio de las más duras penalidades. Por eso la comunidad suplica al Señor que manifieste su misericordia y le conceda la salvación (v. 8), es decir, que lleve a su pleno cumplimiento la obra comenzada. La última parte del Salmo (vs. 9-14) es un oráculo profético, que contiene la respuesta divina a la súplica del Pueblo y anuncia la definitiva restauración de Israel, en una era de justicia y prosperidad.

Fuente: El Libro del Pueblo de Dios /Editorial San Pablo

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