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La Iglesia una comunidad de enviados

por Card. Rubén Salazar Gómez
discipulos

El Evangelio de Lucas que estamos escuchando durante estos domingos, tiene una particularidad como lo veíamos hace unos días y es que San Lucas pone un gran viaje del señor Jesús desde galilea hasta Jerusalén, de tal manera que a partir de estos días pasados hasta el final prácticamente del año nosotros vamos a estar acompañando al señor Jesús en su viaje a Jerusalén, qué bueno que esto signifique para nosotros una disponibilidad de seguir al Señor de una manera más cercana, más precisa, escuchamos con atención el Evangelio de hoy:

Del santo Evangelio según SAN LUCAS 10, 1- 12.17 -20

Cuando se dirigían a Jerusalén, el Señor designó otros setenta y 
dos discípulos y los mandó de dos en dos para que fueran delante 
de él a todas las ciudades y lugares a donde él iba a llegar. Y les dijo: 
«La cosecha es abundante, pero los obreros son pocos» 

Pidan al dueño de la cosecha que mande obreros a recogerla. Pónganse, pues, en camino. Yo los envío como corderos en medio de lobos. No carguen dinero, provisiones ni calzado, ni se detengan a saludar a nadie en el camino. 

Cuando entren a alguna casa, ante todo den el saludo de paz a los que en ella viven; 
y si hay allí quien se la merezca, sus deseos de paz se cumplirán en él;si no, ustedes nada perderán. 

Quédense en esa casa, y coman y beban lo que les den, porque el obrero tiene derecho a su salario. No anden cambiando de casa. 

y si llegan a una ciudad, y los reciben, 
coman lo que les ofrezcan. Curen a los enfermos que haya y díganles: 
’Ya llega Dios a reinar sobre ustedes’. 

Pero si llegan a una ciudad, y no los reciben, 
salgan a las calles y digan: ‘Les dejamos hasta el polvo que en esta ciudad se nos pegó a los pies.

Pero de todos modos, sepan que ya llega el reinado de Dios’. 

Yo les digo que en el juicio final le irá mejor a Sodoma que a esa ciudad.» 

Regresaron, pues, alegres los setenta y dos misioneros y le dijeron 
a Jesús: «¡Señor, cuando damos órdenes en nombre tuyo, hasta los 
demonios nos obedecen’» 

Jesús les dijo: «Ya veía yo a Satanás caer del cielo como un rayo. Les he dado poder para pisotear serpientes y escorpiones, 
y para aniquilar toda fuerza satánica;  nada les causará mal alguno. Sin embargo, no deben alegrarse de que los malos espíritus les obedezcan; 
alégrense más bien de que sus nombres estén grabados en el cielo.» 

Palabra del Señor. 

Transcripción de La Voz del Pastor del 07 de julio de 2019

En el Evangelio se nos dice que el Señor, subiendo a Jerusalén envió otros 72 discípulos a anunciar la llegada del reino de Dios, él ya había enviado a los apóstoles, a aquellos que él había elegido y había constituido en un colegio de 12, ahora se nos dice en unas cifras simbólicas 72, esa cifra tiene una importancia porque indica una globalidad, de una totalidad, son muchos los enviados, es decir podríamos ver en esos 72 enviados a todos los discípulos del Señor, que a lo largo del tiempo y del espacio para ser enviados por dios por medio de cristo nuestro Señor, y con la fuerza del Espíritu, a anunciar el Evangelio a todas las naciones.

 La Iglesia es fundamentalmente una comunidad de enviados, de enviados, la Iglesia nosotros los bautizados porque somos los que conformamos la Iglesia está llamada permanentemente a anunciar el Evangelio a los demás.

 ¿Y que significa anunciar el Evangelio? significa que nosotros somos testigos de que Dios nos ama, y que en su hijo Jesucristo nos ha dado la liberación y la paz, y que nos llama a que viviendo aquí en la tierra en el amor seamos capaces más allá de la muerte, de participar eternamente de su vida.

Qué alegría tan grande sentirnos verdaderamente amados por Dios, sentirnos enviados por Dios, a ser portadores de su amor con nuestra propia, vida el Señor nos envía permanentemente, pero hoy hay algo muy importante y es que el Señor dice, ruego al dueño de la mies que envíe trabajadores a su mies porque la mies es mucha y los obreros son pocos.

 Si el amor misericordioso de Dios es infinito y llega a todos los seres humanos pero si no hay un anuncio explícito de ese amor de Dios manifestado en Cristo, muchos sencillamente no se van a enterar de que Dios los ama,  sabe muchos van a vivir en la desesperación, en la angustia, en el dolor, en el pecado, en la injusticia, en la violencia, ese amor misericordioso de Dios tiene que ser anunciado, tiene que ser proclamado, tiene que ser llevado a todos los seres humanos, ¿y como lo hacemos? precisamente por el testimonio de nuestra vida cuando nuestra vida está llena de ese amor y por lo tanto está llena de paz y de alegría.

 Hoy el Señor nos invita a que oremos para que él envíe todos los obreros que necesita el Señor para anunciar el Evangelio, yo quisiera hacer una invitación especial y sima a todos ustedes queridos hermanos a que oremos por las vocaciones sacerdotales, por las vocaciones religiosas, por todas las vocaciones laicales, es decir que verdaderamente en el pueblo de Dios sintamos todos que estamos llamados a dedicarnos con nuestra existencia con nuestra vida a proclamar el Evangelio, y que lo hagamos con alegría que lo hagamos con generosidad que el Señor nos considera esta gracia y todos a orar por las vocaciones a orar por la Iglesia como ese pueblo llamado a anunciar el Evangelio.

La bendición de Dios todopoderoso, padre hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre,Amén.

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