Evangelio según San Lucas 14,1.7-11.
Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente.
Y al notar cómo los invitados buscaban los primeros puestos, les dijo esta parábola:
«Si te invitan a un banquete de bodas, no te coloques en el primer lugar, porque puede suceder que haya sido invitada otra persona más importante que tú,
y cuando llegue el que los invitó a los dos, tenga que decirte: ‘Déjale el sitio’, y así, lleno de vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar.
Al contrario, cuando te inviten, ve a colocarte en el último sitio, de manera que cuando llegue el que te invitó, te diga: ‘Amigo, acércate más’, y así quedarás bien delante de todos los invitados.
Porque todo el que ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado».
La humildad es tu camino.
1) Lo observaban atentamente: la manera es lo que hace que algo sea positivo o negativo. Ellos miran a Jesús para ver si se manda alguna para así liquidarlo y declararle «game over» (*) Es esta misma manera con la que vos podés observar a tus cercanos. Hay personas a quienes les encanta buscar algo del otro para liquidarlo o sacarle en cara o guardarlo como cartita de retruque cuando le llegue a decir algo. Por fa, no andes observando para liquidar o condenar. Si vos y yo también somos pecadores y podemos hacer cosas peores. Vos lo sabés.
2) Buscan: cuántos buscamos ser reconocidos y tener el primer puesto. No podemos buscar honores. Qué triste cuando vemos cristianos que su anhelo ya no es la santidad o servir, sino más bien ser presidentes de su movimiento o institución o ministro de la eucaristía (para ser vistos en la misa del domingo que dan la comunión). Cuántas veces vemos curas que solo quieren llegar a ser obispos o Papa. (Xanax) Les encanta que les digan monseñor. O religiosas que les encanta ser madre superiora o se deprimen si no son maestras de novicias. Eso no es de cristiano, eso es de egoístas. Debemos recordar que nuestro llamado es servir y desaparecer. «Hacer las cosas como si Dios no existiera y encomendar las cosas a Dios como si yo no existiera».
3) Los últimos: es aquí donde Dios nos recuerda que en la vida caminamos para servir y saber que nuestro tesoro es el cielo. Aquí en la tierra debemos laburar para llevar almas al cielo y ser hombres y mujeres de bien. Capaz que muchos no se enteren de todo lo bueno que hagamos, pero te aseguro que tu Padre que está en el cielo lo sabe.