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Meditación del día 17 de Febrero

por Pbro. Luis A. Zazano
Mateo 6,1-6.16-18

Evangelio según San Mateo 6,1-6.16-18.

Jesús dijo a sus discípulos:
Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo.
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha,
para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro,
para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

Iniciamos la Cuaresma

1) Recuerda que eres polvo: hoy se nos impone la ceniza. Sabiendo que esta vida se pasa y que somos nada, pero con Dios somos todo. Hoy recordá que la vida se pasa volando y por lo tanto estamos llamados a vivirla, porque tarde o temprano volveremos a ser polvo. Estás para algo, estás para cumplir una misión. Deja de andar viviendo una vida preocupado o preocupada por cosas que son pasajeras y que no te la vas a llevar. Aprendé que todo pasa y solo Dios es eterno, deja de andar viviendo todo el tiempo con el futuro cuando te olvidas del hoy. Cada Miércoles de Ceniza Dios te recuerda, a través de la Iglesia, que eres pequeñito, pero Dios te hizo grande haciéndote su hijo. Ayer me tomé el atrevimiento de irme en bici a mirar el atardecer. La verdad es que, cuando veo al sol caer, me sigo maravillando de lo pequeñitos que somos; que pasaron más de dos mil años y aún seguimos aprendiendo de Dios y de la naturaleza. Somos tan pequeñitos… Pero hoy iniciamos el camino del corazón, porque quien es grande de corazón se hace eterno.

2) «Conviértete y cree en el Evangelio»: iniciamos el camino de cambiar. Año nuevo que implica lucha nueva. Porque somos dinámicos pero también «mañeros». Es tiempo de que cambies y son cuarenta días para luchar contra vos mismo; que te sinceres con vos mismo y asumas que hay cosas que tenés que cambiar, que no podés seguir girando en lo mismo. Cree que Jesús quiere entrar a tu vida y te quiere cambiar. No vengas con eso de que «sos así» o que «no tenés nada que cambiar». Analízate y mira bien aquello que no te ayuda a vos y no ayuda a otros. Vos podés en estos cuarenta días mostrar que cambiar se puede.

3) Método: el método que se te propone en este tiempo es «oración, ayuno y limosna». El orar implica tener más tiempo para hablar con el Señor de lo que te pasa, de lo que sentís y de lo que estás viviendo. La limosna es hacer un sacrificio económico en ayuda de algo o de alguien, pero también podés ofrecer tu tiempo. En eso sincérate, pues algunos, por agarrados al dinero, somos de buscar siempre la opción más barata. Pero si sos agarrado al dinero soltá, aunque sea unos centavos…
El ayuno implica comer solo una comida fuerte. Es la importancia de comer un poquito menos, pero para ofrecer a alguien. Es la solidaridad y generosidad lo que importa. Pero la clave es que te hagas un corazón generoso, no sea que hagas ayuno pero termines el día con un carácter que será una mortificación para los demás al tratarte. ¡Vamos! Hoy vamos a comenzar un camino juntos de lucha, pero vamos a resucitar. Ya vendrá la Pascua, que eso sí que es la gran fiesta. Hacia allí vamos.

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Un año con Jesus

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