Portada » Meditación del día 5 de septiembre

Meditación del día 5 de septiembre

por Pbro. Luis A. Zazano
Marcos 7, 31-37 fb

Evangelio según san Marcos 7, 31-37

Cuando Jesús volvía de la región de Tiro, pasó por Sidón y fue hacia el mar de Galilea, atravesando el territorio de la Decápolis.
Entonces le presentaron a un sordomudo y le pidieron que le impusiera las manos.
Jesús lo separó de la multitud y, llevándolo aparte, le puso los dedos en las orejas y con su saliva le tocó la lengua.
Después, levantando los ojos al cielo, suspiró y le dijo: «Efatá», que significa: «Abrete».
Y enseguida se abrieron sus oídos, se le soltó la lengua y comenzó a hablar normalmente.
Jesús les mandó insistentemente que no dijeran nada a nadie, pero cuanto más insistía, ellos más lo proclamaban
y, en el colmo de la admiración, decían: «Todo lo ha hecho bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos».

Que Dios rompa tu sordera

1) Un sordo: Hoy podemos ver que la sordera espiritual es una enfermedad que puede afectarte y golpearte en la vida. Es cuando no escuchas a nadie y te cerrás en lo tuyo, no escuchas a quien te quiere liquidar en la vida pero tampoco escuchas a quien te quiere. Hasta podés llegar a perseguirte en vos mismo diciéndote «qué habrá querido decirme». Esa persecutoria casi obsesiva que puede quitarte la paz y generarte un ritmo de vida cerrado en vos mismo. La sordera espiritual incluso puede generarte confusión porque no terminas escuchando las cosas como son, sino más bien interpretando lo que vos crees; y no siempre es lo mismo lo que se dice a lo que vos interpretas.

2) La lengua: En este paso también puede aparecer en tu vida el no saber expresarte. Algunos tienen la lengua muy dura pues son duros para decir las cosas, casi siempre lastimando al otro. Pero, como también tienen sordera espiritual, lleva a que termine con gritos todo lo que dicen, provocando un clima de tensión cuando hablan. ¿Te pasa esto a vos? Esa actitud en que tensionas porque largas bombas siempre o vos mismo, lo que podés anunciar bien, lo convertís en una bomba. Pero hay otros que tienen una lengua muy liviana y temerosa. Es otro extremo y todos los extremos son malos; en donde todo te lo guardas o tu hablar es tan liviano que casi no se nota tu expresión, y eso lleva a que te lleven por encima y no se te pueda escuchar ni conocer tu modo de expresar. No te ocultes detrás de otros y aprende a ser vos y a valerte como vos, pues sos hijo de Dios.

3) Lo apartó: Jesús vuelve a mostrar esa exclusividad. Para Dios vos y solo vos sos importante. Es en la exclusividad donde sana, en ese tú a tú en donde se gesta la sanación. Aprovecha en buscar a Dios, en tener ese momentito de intimidad con Dios, ese punto íntimo y vivo con tu Dios. Ánimo que tenés mucho por aprender y escuchar, pero estoy seguro que en este mundo hay muchas cosas que tenés que decir. Feliz Domingo, gracias por tu compañía y hasta el cielo no paramos.

Artículos relacionados

Deja un comentario