Portada » Ser catequista

Ser catequista

por Carlos L. Rodriguez Zía
El Bautismo

Llega fin de año, tiempo de balance. Horas en el que asoman preguntas recurrentes.Una es si quiero continuar siendo catequista. De eso tratan las siguientes líneas.

El 19 deoctubre pasado en el sitio Aleteia apareció un artículo titulado El secreto para evitar el “agotamiento”apostólico. Recuerdo que varios de los voluntarios de Misioneros Digitales Católicos que participamos como catequistas o agentes pastorales en nuestras comunidades eclesiales intercambiamos –vía WhatsApp- comentarios al respecto de cómo el texto nos representaba e interpelaba.

A las puertas de un quinto año como catequista de la pastoral de bautismo y con el 2018 gastando las últimas hojas del almanaque, el cuestionamiento vuelve a plantarme cara: ¿quiero seguir siendo catequista?

Es posible que el lunes 26 de noviembre, día en que junto a mis compañeros de tareas dimos el penúltimo cursillo de bautismo del año, haya recibido una respuesta al respecto. Al final de la charla y mientras guardábamos la computadora, enrollábamos cables y apagábamos el cañón proyector, el padre de uno de los niños a bautizar se nos acercó, nos dio las gracias y nos comentó que dos años atrás había asistido al encuentro, esa vez en carácter de padrino, y que le sorprendió encontrar a las mismas personas dando la charla. Ahí fue cuando soltó la frase-respuesta: “se nota que son personas comprometidas”. Mientras combatía  en mi interior con el deseo de mandar a imprimir estampitas con mi rostro y nombre, le agradecí al buen hombre sus palabras y pensé que al fin de cuentas simplemente estaba siendo coherente, desarrollando uno de los roles que a través del santo crisma nos da el sacramento del bautismo: ser profeta. Si nadie me corrige, creo que Jesús no sólo les hablaba a los apóstoles cuando en el Evangelio de san Mateo (28, 18-20) dice: ““…vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo…”

Con honestidad brutal –diría Andrés Calamaro- debo confesar que en algún momento de este año sentí cansancio,  pero siempre apareció de alguna manera ese Cirineo que me ayudara a llevar mi carga que –no nos creamos santos antes de tiempo- tampoco es un cáliz difícil de beber. Aunque más que cansancio físico, mental, o simple aburrimiento, lo que muchas veces me pregunto es si realmente estoy llevando a cabo una tarea evangelizadora o simplemente haciendo por hacer. Sí, como propone el papa Francisco en su video de diciembre, realmente estoy transmitiendo la fe, mi fe, en Dios. Permítanme el ejemplo: me planteo si soy un buen vendedor del estilo de vida que nos propone el Padre a través de su hijo, Jesucristo.

Al final, se trata de saberse y reconocerse que somos hijos amados en el Hijo. 

 

Del mencionado artículo de Aleteia unas líneas me hicieron pensar mucho: “La vida activa debe proceder de la vida contemplativa, traducirla y continuarla al exterior, separándose de ella lo menos posible”. Es cierto. ¿Cómo transmitir la emoción de vivir la misa si yo no la gozo? ¿Cómo contar lo útil, enriquecedor de leer La Biblia, si yo no lo hago? ¿Cómo decirles a los padres y padrinos que la parroquia no es únicamente la casa de Dios sino también la suya, si yo no lo siento así? Gracias a Dios puedo responder afirmativamente a estos interrogantes, pero sin olvidar que sigo en camino. Siempre estamos caminando.

En marzo arrancará otro año de encuentros de preparación al bautismo que daremos junto a mi esposa y siete compañeros que convierten al trabajo en un gozo y una bendición. Será otro año para tratar de transmitir la fe que me anima, de ayudar a los padres y padrinos a apreciar el valor y trascendencia de lo que están haciendo. Como los años anteriores , me quedará la incertidumbre de si en ese rato en el que estuvimos conversando sobre el hecho de bautizar a los hijos, habré alcanzado el objetivo. Quizás sea positivo el nunca saberlo. Pero, mejor, eso dejémoslo en manos del Espíritu Santo.

Artículos relacionados

Deja un comentario