Evangelio según San Marcos 7,14-23.
Y Jesús, llamando otra vez a la gente, les dijo: «Escúchenme todos y entiéndanlo bien.
Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre.
¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!».
Cuando se apartó de la multitud y entró en la casa, sus discípulos le preguntaron por el sentido de esa parábola.
El
les dijo: «¿Ni siquiera ustedes son capaces de comprender? ¿No saben
que nada de lo que entra de afuera en el hombre puede mancharlo,
porque
eso no va al corazón sino al vientre, y después se elimina en lugares
retirados?». Así Jesús declaraba que eran puros todos los alimentos.
Luego agregó: «Lo que sale del hombre es lo que lo hace impuro.
Porque
es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las
malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios,
los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino.
Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre».
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Lo externo es lo que es, lo interno es lo que mancha aquello que ya es
1)Lo externo: Es aquello que está frente a mí, que me lleva a enfrentarlo pero también a echar la culpa.
2)Lo interno: Es lo que hay en mí y debo trabajar pues es eso a lo que Jesús apuntala, a trabajar tu interior y desde el interior iluminar.
3)No se cambian: Algunas cosas. Uno en la vida aprende a soportarlas.

2 comentarios
Padre #hastaelcielonoparamos
Esperanza que la «Exhortación Apostólica, querida amazonia», presentada por el sumo Pontifice Francisco nos abra los corazones en amor por lo creado de nuestro Padre Dios y su Hijo, y salgamos de esta anestesia social como bien lo expresó.