Portada » 10 Minutos con Jesús. Hoy: De todo corazón

10 Minutos con Jesús. Hoy: De todo corazón

por 10 Minutos con Jesús
De corazón

Otro sábado más, con gusto compartimos esta meditación que difunde el equipo de 10 Minutos con Jesús. El equipo de 10 Minutos con Jesús está conformado por sacerdotes y laicos de EE.UU., México, Inglaterra, España, Colombia, Kenya, Filipinas, que hacen posible que miles de personas de todo el mundo pasen 10 minutos diarios de conversación con Jesús a través de WhatsApp, Spotify, Telegram, Instagram, YouTube, Ivoox, Podcast de Apple, Google Podcast.

Señor mío y Dios mío. Creo firmemente que estás aquí; que me ves; que me oyes. Te adoro con profunda reverencia. Te pido perdón de mis pecados y gracias para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía inmaculada; San José, mi padre y señor, Ángel de mi guarda, interceded por mí.

La unidad

¿Has visto algún vídeo de estos de donde salen cientos de chinos haciendo ahí una coreografía perfectamente coordinada, y los tíos van haciendo un ejercicio perfecto como si fueran un solo cuerpo, ahí formando unas letras haciendo un  desfile militar? ¡Increíble madre mía! No tienen ni un fallo, parecen un robot. Dios de veras le tengo mucho cariño a los chinos. Y echarles la culpa por esta pandemia es una tonterías. No es así. Además hace poco fui a comprar comida para llevar a un restaurante chino de verdad. La verdad que mi madre luego me regañó un poco; pero bueno, yo le dije que los chinos no tienen culpa de nada, que esta buena de vez en cuando las cosillas esas y por otra parte son muy amables. Me recibieron allí en la puerta muy sonriente, me atendieron muy bien.

Un sólo corazón

¿Y todo esto es para que? Para introducir un poquito el tema de la unidad y para seguir sonriendo que estamos en Pascua. Nos da un poquito de ánimo hombre, fíjate en los hechos de los apóstoles. Los creyentes tenían un solo corazón y una sola alma. Ya seamos chinos, suecos, de Cuenca o peruanos, hablemos la lengua que hablemos, tenemos los cristianos un solo corazón y una sola alma. Y estamos unidos, porque somos tú y yo cuerpo de Cristo,  y podemos llamarnos verdaderamente hermanos. Así nuestros hermanos de la primera hora, los primeros cristianos, lo tenían muy claro. Son un ejemplo para nosotros. Son gente normal y corriente que comenzaban a latir con un mismo corazón, unidos por su fe en Jesús. Y unidos por el amor que se tenían entre ellos, que era justo lo que sorprende. Lo que sorprendía al mundo pagano era cómo se querían. Jesús tú en tu última cena nos pediste, le pediste a Dios Padre que  fuéramos uno como tú, y nos dejaste un testamento, “amados los unos a los otros como yo os he amado”, en esto conocerán que sois mis discípulos. En esto precisamente.  Por eso Jesús yo no quiero defraudarte, quiero ser un buen hijo tuyo, ser sembrador de paz, de alegría, instrumento de unidad y no de discordia o de división. Ahora principalmente te pido esto Jesús: que lo tenga muy presente en esta situación.

Y no aparecieron de golpe

 Los primeros cristianos no aparecieron así de golpe y vivían todos juntitos ahí en una urbanización en «Cristianolandia Resort» o algo así. Y no tenían contacto con el mundo impuro y pagano. Ríete tú del paganismo actual. Lo hemos comparado con el que ellos vivían. No. Aquí te ponen una multa a lo mejor en algunos sitios disuelven las misas; pero allí te crucificaban o te echaban a los leones, como se te ocurriera hacer eso. Fíjate lo que dice la carta a Diogneto, un documento muy bonito, una carta muy bonita del siglo segundo: «Los cristianos no se distinguen de los demás hombres ni por el lugar en el que viven, ni por su lenguaje, ni por sus costumbres. Ellos en efecto no tienen ciudades propias ni utilizan un hablar insólito, ni llevan un género de vida distinto. Viven en la carne pero no según la carne, viven en la tierra pero su ciudadanía está en el cielo, obedecen las leyes establecidas y con su modo de vivir superan estas leyes, aman a todos y todos los persiguen, se les condena sin conocerlos, se les da muerte, y con ello reciben la vida, sufren deshonra y ello les sirve de gloria, son maldecidos y bendicen. Al principio son poquitos y precisamente va llegando gente que son de esos que a lo mejor les han calumniado, o que les han insultado, o los ha mirado mal, o que no los entienden simplemente, y de ahí van llegando.

Señor, ayúdame a imitarte

 Jesús, en esta situación de tensión yo quiero ser instrumento de tu bondad, de tu mirada de comprensión. Debemos ser cristiano en medio del mundo. A mí que soy cura debe importarme este mundo. Primero porque es un regalo de Dios, y segundo porque es mi casa y me importa y quiero cuidarla y aportar mi granito de arena para cambiarlo, no sólo criticarlo. Señor, yo quiero un mundo mejor pero no quiero ser el azuzador, el vocero de los errores, el criticado oficial- Si hubieran sido así nuestros hermanos de la primera hora, los primeros cristianos, no se le hubiera unido nadie.   Jesús, yo quiero ser como tú, que no hacía ascos a ningún tipo de personas. Es más, te criticaban precisamente por eso. Por juntarte con gente con la que no quería juntarse nadie. No quiero creer y tratar y solo hablar bien de los que me caen bien o comparten mis ideas, sino de todo el mundo para así ensanchar mi corazón. Eso hará que mis juicios sean menos radicales, porque si no al final yo creo que acabamos siempre haciendo dos grupos.

Amar a nuestros enemigos

 Mira tengo un amigo cuyo abuelo fue asesinado por “ETA”, bueno para los que sepan eran españoles un grupo que hizo mucho mal en España. Su abuelo era militar pues su abuela, la abuela de este amigo mío, la mujer del asesinado le dijo un día: “Mira. Rezo todos los días por los asesinos de mi marido”. Esto es muy fuerte, no se me olvida nunca esa frase. Cuando me enciendo viendo lo que dice o hace tal político con chalé o sin chalet, o tal periodista de no sé qué cadena o a veces tal cura o tal obispo -no que a veces no se salva nadie-… Sólo me pides “ama como yo amo”. «Amad a vuestros enemigos». Es precisamente por lo que nos reconocerán, y a veces se me calienta la boca, incluso con mi vecino porque saca la basura a deshora, yo que sé. Fue con amor como los primeros cristianos se abrieron paso en aquel mundo pagano y corrompido, amor a los hermanos en la fe, y amor a los paganos también- Tú y yo podemos llevar a nuestro mundo a Dios, si sabemos imitar a los primeros cristianos en nuestra comprensión y cariño por todos, aunque en ocasiones no seamos correspondidos, y fortaleceremos en la fe a quienes flaquean con el ejemplo, con la palabra, y con nuestro trato siempre, amable y acogedor. Porque a ti no te pasa que si en una conversación con otra persona que sabes que piensa diferente, notas que no procura convencerte, ni criticarte, ni juzgarte, ni catalogarte, ¿no te sientes un poco más predispuesto a es a escuchar a esa persona? Si procuras hacer esto, no catalogar, ni juzgar a los malos, puede incluso ocurrir que una persona ajena a toda vida espiritual se abra de nuevo a Dios. Incluso es que ha podido ser tu caso, te has sentido comprendida, te has sentido querida, acogida, da igual lo que pensases.

De amor

Mira, yo comencé mis primeros pasos de sacerdote, ya mismo se cumplen cuatro años, en un hospital de cuidados paliativos, y tuve como maestro a don José Ruiz que me estará escuchando desde el cielo. Aprendí muchísimo de él y le guardo un cariño tremendo. Posiblemente hayas conocido la noticia de su fallecimiento porque salió en algunos periódicos. Me acuerdo que era muy duro, prácticamente cada día se moría una, dos, hasta tres, varias personas, y él con una sonrisa, con un cariño. Él cuando entrábamos en una habitación, antes me explicaba, no vayas con la idea de que tengo que confesarlo cuanto antes, tengo que administrar la opción de enfermos a ver cómo lo consigo, cómo lo convenzo, no. Sólo da tu cariño al enfermo y a la familia, sólo eso. Buen, he visto milagros increíbles pero de gente totalmente atea. Es más. Cuando él y yo nos acercábamos por el pasillo salía el familiar no vaya a ser que fuésemos a entrar a su habitación, no quiero  que mi padre o que mi hermano vea a un sacerdote y no, no. Me acuerdo de una familia de mormones, maravillosos, totalmente descreídas que empezaban con un -ni se acerque-, que no nos dejaban ni pararnos en el pasillo. Y él todos los días desde el pasillo,»buenos días, buenos días» y así empezaba. Ahora me emociono pensando en eso,  porque fue maravilloso, fue maravilloso y eso que él nunca se paraba a pensar si éstos eran cristianos; si éstos me han tratado mal al principio; pues ya no le hago caso, no, no, no, no: He visto que le pegaban puñetazos en el pecho diciéndole que Dios permite la muerte de hermana. Y luego, abrazarlo a él y dar gracias, gracias, al buen Dios. ¡Cómo cambiaba la gente! Sólo por dar cariño. Si me da igual lo que piense, de qué partido, de que color sea, blanco rojo o azul. Me da igual. Madre de la unidad, madre nuestra, ayúdanos a querer a todos con un corazón grande.

Final, final

Te doy gracias Dios mío por los buenos propósitos, afectos e inspiraciones que me has comunicado en esta meditación. Te pido ayuda para ponerlos por obra. Madre mía inmaculada, San José, mi  padre y señor, Ángel de mi guarda, interceded por mí.

Artículos relacionados

Deja un comentario