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Catedral de Murcia – España

por Horacio Espinosa

Murcia es la gran ciudad barroca del Mediterráneo. Pasear por sus calles es toparse con innumerables parroquias y conventos con exuberantes fachadas de este estilo. Podríamos pensar, entonces, que la catedral de Murcia será también barroca. En parte esto es cierto pero, como veremos, la seo murciana alberga muchas más sorpresas de las esperadas.

En efecto, la catedral de Murcia es el paradigma de la mayoría de las catedrales españolas, donde el inconformismo del espíritu hispano y los gustos de cada época hicieron «reinventarla» y cambiar de estilo continuamente. Por ello podemos decir que es una catedral gótica con importantes reformas renacentistas y barrocas.

Historia

Por el tratado de Alcaraz (1243), el reino musulmán de Murcia entraba en el área de influencia del reino de Castilla. Pero en 1266 el rey de Aragón Jaime I el Conquistador y el obispo fray Pedro Gallego toman la ciudad y convierte la Mezquita Aljama en templo cristiano dedicado a Santa María. 

El nuevo templo fue consagrado por fray Pedro Gallego (1250-1267), obispo de la diócesis de 

Cartagena, por san Pedro Nolasco y el arzobispo de Barcelona.

Funcionó desde 1291 como templo hasta que el rey de Castilla Sancho IV el Bravo (1284-1295) y el obispo Diego Martínez Magaz (1278-1300) deciden trasladar la sede episcopal desde Cartagena a Murcia, convirtiendo la antigua mezquita en la Iglesia Catedral de San María.

Por aquel entonces Murcia es la capital del nuevo Reino, aunque por razones históricas se seguirá manteniendo el nombre de Carthaginensis para designar la diócesis.

Durante el pontificado del obispo Pedro de Peñaranda (1327-1349) se derribó la antigua mezquita-aljama y comenzaron las obras de construcción de un nuevo templo que nunca llegó a terminarse. Se construyó un claustro de estilo gótico del que tan solo se conservan algunos restos y se comenzaron a levantar distintas capillas.

La primera piedra del actual templo no se colocaría hasta 1394 siendo obispo D. Fernando de Pedrosa; previamente se había terminado la construcción del claustro, que hoy alberga el Museo Catedralicio, y sería consagrada en 1465 cuando se había alcanzado el crucero, durante el episcopado de D. Lope de Rivas.

Y aunque las obras terminaron, lo cierto es que nunca se dejó de trabajar en el templo: ampliaciones, reparaciones y nuevas capillas han dado como resultado un lugar lleno de contrastes artísticos, que abarcan desde el gótico mediterráneo hasta los historicismos del siglo XIX.

Entre 1446 a 1458 el entonces obispo Diego de Comontes cierra las bóvedas, ejecuta gran parte de los trabajos de conclusión del templo y se da impulso decisivo en su construcción.

Poco después, cuando ya el obispo era Lope de Ribas, se concluyeron las obras de la Catedral pudiendo ser consagrada el 24 de enero de 1465. 

La puerta gótica conocida como Puerta de los Apóstoles se concluiría en 1488.

En 1733 una riada del río Segura daña los cimientos de la fachada principal de la Catedral, por lo que se hace necesario derribar la anterior portada renacentista y construir una nueva portada. Las obras se dilataron entre 1736 y 1754. Esta es la portada que nos ha llegado a nosotros. 

Descripción

Por las fechas mencionadas, la Catedral de Murcia es un edificio gótico de cruz latina con tres naves, donde la nave central longitudinal es más ancha y alta que las laterales. Con algunos detalles relacionados con el gótico mediterráneo, ciertamente su arquitectura está ligada al gótico castellano.

En la plaza más representativa de Murcia se alza su gran fachada, con 54 metros de altura y más de 20 esculturas.

La fachada principal está considerada como una de las más importantes del barroco. Concebida como una fachada-retablo es muy armoniosa, uniendo arquitectura y escultura.

La fachada exalta la Historia de la Iglesia universal y de la Diócesis en particular.

Consta de veinte esculturas de santos, tres de arcángeles, un ángel de la guarda y los misterios de la Virgen. Todas ellas dan forma a esta representación visual de la ciudad de Dios.

Existen tres puertas de acceso que definen las tres naves de la Catedral, donde la central, llamada puerta del Perdón, está dedicada a Santa María, y rematada por el jarrón con azucenas, escudo del Cabildo y de este templo. 

La puerta de los Apóstoles es la única del siglo XV que conserva la catedral. Construida en estilo gótico flamígero, recibe su nombre de los cuatro personajes que encontramos a los lados del arco de entrada: san Andrés y san Pablo a la izquierda, y Santiago y san Pedro a la derecha.

Sobre ellos aparecen profetas y reyes del Antiguo Testamento y ángeles músicos. En la clave del arco se colocó a mediados del siglo XIX el escudo de la reina Isabel II, en señal de homenaje por la ayuda prestada en la recuperación de la Catedral tras el incendio de 1854.

Sobre la calle de Trapería está la Portada de las Cadenas que fue construida en dos fases. La primera se levanta a comienzos del siglo XVI, es una de las primeras obras renacentistas de la Península. Fue concebida como un gran arco triunfal que homenajea a la Monarquía Hispánica. En sus relieves aparecen los Reyes Católicos acompañados de su hija Juana, Felipe el Hermoso y otras personalidades de la Corona de Castilla.

La torre campanario es el eje urbanístico y espiritual de la ciudad. Fue construida en varias fases, los dos primeros cuerpos son de estilo renacentista. Tras dos siglos de interrupción de las obras, se continuó la construcción a mediados del XVIII con los cuerpos barrocos del reloj y el campanario. Esta arquitectura fue rematada en estilo neoclásico a finales del siglo XVIII, con la cúpula y la linterna. En el interior de la torre se puede visitar la Sala del Reloj o de los Secretos, la Capilla y el Balcón de los Conjuros.

También se puede ascender al cuerpo de campanas, desde donde se puede disfrutar de una de las mejores vistas de la ciudad de Murcia.

Una vez dentro del templo, accediendo por la puerta principal, destaca el altar mayor y el coro. Este espacio sufrió un grave incendio en 1854 en el que no solo se perdió el retablo, la sillería del coro y los órganos, sino que el fuego fue tan intenso que las vidrieras estallaron, a excepción del rosetón del brazo sur del crucero. La Catedral se fue recuperando gracias al obispo Don Mariano Barrio y a la donación de Isabel II.

En el coro encontramos la sillería tardo-renacentista donada por la reina. Tallada en madera de nogal con grandes imágenes describiendo la vida y Pasión de Cristo, como otras escenas bíblicas e imágenes de santos. Sobre él se alza el gran órgano de casi 4000 tubos.

Dentro de las capillas destaca la llamada Capilla de los Vélez con exuberante decoración, siendo la más importante y representativa de la Catedral de Murcia. En 1928 fue declarada Monumento Nacional. Esta capilla funeraria de finales del siglo XV fue fundada en 1490 por don Juan Chacón, Adelantado del Reino de Murcia y acabada en 1507 por su hijo don Pedro Fajardo, primer marqués de los Vélez.

Esta capilla sobresale en extensión y altura del resto de capillas del templo, mostrando el poder nobiliario de sus patrones. Se levanta sobre planta octogonal irregular y se cubre con una extraordinaria bóveda estrellada de diez puntas.

Entre su profusa decoración destacan los escudos de la familia rodeados por motivos vegetales, geométricos y pequeñas escenas figurativas como animales fantásticos y ángeles.

Un gran Crucificado preside la capilla y sobre la puerta de la izquierda que da acceso a la antigua sacristía, al púlpito y a los balcones, se encuentra la imagen de Cristo Resucitado junto a María Magdalena y María Salomé.

Esta escena bíblica en la que las mujeres se acercan al sepulcro a ungir el cuerpo del Señor la mañana del Domingo, recuerda la esperanza en la Resurrección de los muertos y la Vida Eterna de los que aquí yacen.

La otra capilla que destaca es la Capilla de la Inmaculada. Construida a principios del siglo XVII es una de las primeras capillas en toda España consagrada a la Inmaculada Concepción de la Virgen María.

La capilla está diseñada en estilo barroco, siguiendo influencia italiana en el modo de disponer las superficies y el uso de la policromía marmórea con gran riqueza y vistosidad. La imagen de María, talla en madera policromada, está fechada en torno al año 1627, tratándose por ello de una de las primeras imágenes bajo esta advocación.

La visita

En el momento de nuestra visita la ciudad se encontraba embellecida por miles de flores y festejos diversos. La Iglesia Catedral tenía unos arreglos muy grandes de flores de distintos colores en claro agradecimiento de los habitantes de la ciudad a su Santa Patrona. (www.madisonavenuemalls.com)

Se trataba de El Entierro de la Sardina, que comenzó en 1851 como fiesta pagana, una mofa que idearon un grupo de estudiantes para parodiar la prohibición de comer carne durante la Cuaresma.

Con el paso del tiempo se convirtió en uno de los actos más multitudinarios de la ciudad. 

En resumen, el origen pagano de esta fiesta que se da en primavera, se fue desvaneciendo. Actualmente consiste en desfiles de “SARDINEROS” y en engalanar la ciudad con flores, como también su templo principal, cuyo atrio es uno de los epicentros de los festejos. 

El hecho de que fuimos partícipes de El Entierro de la Sardina causó que la ciudad fuera un caos: muchas calles cortadas, mucha gente en la calle. Pero, como en toda ciudad de festejo, esto dejó de ser una molestia una vez que nos instalamos en el hotel y pudimos vivir la fiesta.

Como dije anteriormente, en sus orígenes era una fiesta pagana, pero hoy en día es una fiesta donde simplemente la ciudad festeja con flores y productos locales, engalana la Plaza de la Catedral y el templo propiamente dicho. Como la Plaza de la Catedral es uno de los epicentros de la fiesta, todo el tiempo hay mucha gente festejando, bailando alegremente, tocando música, etc.

Pudimos recorrer la ciudad caminando, acompañados por un mar de personas, todas alegres, vestidas y festejando. Es una ciudad relativamente chica, al menos la parte turística, y al finalizar nuestra caminata entramos al templo.

Lo primero que notamos son los arreglos florales inmensos y bellísimos, y el contraste del silencio que brinda la paz del Señor ante los festejos callejeros externos.

Allí no pudimos celebrar la Santa Misa ya que los horarios no coincidieron y no pudimos programarlo, pero poder estar un tiempo conversando con Nuestro Señor en silencio fue un respiro necesario ante el bullicio externo.

Dada nuestra devoción mariana, no podíamos no pasar a agradecer a Mama María por nuestra vida en la capilla de la Inmaculada.

Tips de Viajero:

  • Horarios de Misa: 
    • Lunes a Viernes 07:15 – 08:30 – 09:00 – 10:00 – 12:00 y 19:30 (en diversas capillas)
    • Sábados 07:15 – 08:30 – 09:00 – 10:00 – 12:00 – 19:30 y 20:30 hrs.
    • Domingos 07:30 – 09:00 – 09:45 – 12:00 – 13:00 – 19:30 y 20:30 hrs.
  • Valor de la entrada (fuera de horarios de celebración): 5 euros.
  • Coman mariscos.
  • Disfruten del Entierro de la Sardina en primavera, con la ciudad llena de flores.

Datos históricos y arquitectónicos: catedralmurcia.com

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