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Fue sacerdote anglicano, pero tras su conversión ahora es sacerdote católico 

por Editor mdc
michael-rennier

Casado, padre de familia, periodista ¡y ahora sacerdote de la Iglesia católica!

El 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción, Michael Rennier fue ordenado sacerdote católico. Lo particular del caso es que él está casado y tiene hijos. Es más, fue sacerdote anglicano. Tras una experiencia que cada vez es más común, muchos anglicanos -episcopalianos como se les conoce en Estados Unidos-, pasan a la Iglesia católica. En 1980, el papa Juan Pablo II instituyó la denominada “disposición pastoral” según la cual se autorizaba la ordenación sacerdotal de antiguos sacerdotes anglicanos.

La entrada de estas personas en la Iglesia católica ha de ser considerada como “reconciliación de cada una de las personas que desean la comunión católica plena. Al recibir en las filas del clero católico a dicho clero episcopaliano casado, la Santa Sede ha hecho constar que la excepción a la norma del celibato se concede en favor de cada una de estas personas y no se ha de interpretar como un cambio del pensamiento de la Iglesia sobre el valor del celibato sacerdotal, que sigue siendo norma también para los futuros candidatos al sacerdocio provenientes de este grupo.

Michael Rennier, que escribe habitualmente en Aleteia, ha explicado desde estas páginas lo que sintió ese día de la Inmaculada, cuando fue ordenado sacerdote católico en presencia de su mujer y sus hijos. Aquí sus palabras:

“¿Qué se siente al ser sacerdote?”, es una de las preguntas que he recibido con más frecuencia desde mi ordenación. Podría responder con un sencillo “es fantástico” sin entrar en más detalles, pero si soy totalmente sincero, en gran parte sí es fantástico, pero también es terrorífico.

Siento alivio porque el largo periodo de preparación al fin haya terminado, pero también siento inquietud por asumir las responsabilidades de un sacerdote. Siento algo de inseguridad sobre cómo adoptaré esta nueva identidad pastoral, aunque al mismo tiempo no me siento tan diferente de como era antes. Siento que ahora cargo con el peso de esta responsabilidad, pero también sé que el peso no es difícil de llevar.

michael-rennier2No creo que la ordenación sea diferente de todos esos momentos decisivos a los que cada uno de nosotros hace frente en el transcurso de la vida, como el matrimonio, el nacimiento de un hijo o la muerte de un padre. Las emociones ligadas a estos cambios son complejas, pero no importa lo que sintamos, porque la realidad es que nunca seguimos siendo los mismos.

La vida es un viaje increíble, lleno de momentos enormes y abrumadores, y también de momentos pequeños no menos importantes. Todos estos momentos son preciosos y, sin importar a dónde nos lleve el camino de la vida, todas nuestras historias son dignas de ser contadas.

La iglesia en la que fui ordenado es la basílica del Rey Luis IX. Está situada a la sombra del Arco de San Luis, en la rivera izquierda de río Misisipi y es una de las iglesias más antiguas a este lado del río.

Al final, la fe es individual y únicamente concierne a Dios y a cada uno de nosotros. Nadie puede tener fe en nuestro nombre. Puede ser un sentimiento solitario, hasta que levantamos la vista y nos percatamos de que no estamos solos en absoluto, sino que Dios nos acompaña a cada paso del camino. Él sabe cómo nos sentimos, conoce nuestros problemas y nuestras dudas. Podemos descansar bajo la sombra de su ala.

* Declaración de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, publicada el 31 de marzo de 1981

La Santa Sede, en junio de 1980, a través de la Congregación para la Doctrina de la Fe, expresó parecer favorable sobre la solicitud presentada por los obispos de los Estados Unidos de América referente a la admisión en la comunión plena con la Iglesia católica de algunos miembros del clero y del laicado perteneciente a la Iglesia episcopaliana (Anglicana).

La respuesta de la Santa Sede a la proposición de estos episcopalianos incluye la posibilidad de una “disposición pastoral” por la que se permita a quienes lo deseen una identidad común conservando algunos elementos de su patrimonio.

La entrada de estas personas en la Iglesia católica ha de ser considerada como “reconciliación de cada una de las personas que desean la comunión católica plena”, de acuerdo con lo previsto en el Decreto sobre Ecumenismo (núm. 4) del Concilio Vaticano II.

Al recibir en las filas del clero católico a dicho clero episcopaliano casado, la Santa Sede ha hecho constar que la excepción a la norma del celibato se concede en favor de cada una de estas personas y no se ha de interpretar como significativa de un cambio del pensamiento de la Iglesia sobre el valor del celibato sacerdotal, que sigue siendo norma también para los futuros candidatos al sacerdocio provenientes de este grupo.

FUENTE: es.aleteia.org

 

 

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