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Ante los casos de abusos en Pensilvania, el Papa declara que las víctimas son la prioridad

por Vatican News
Santo Padre

A continuación, la declaración de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, en la que el Papa reitera el llamamiento a hacer todos los esfuerzos posibles para crear un ambiente seguro para los menores y los adultos vulnerables en la Iglesia y en toda la sociedad.

 

Ante el informe que se ha hecho público en Pensilvania (Estados Unidos) esta semana, hay dos palabras que pueden expresar los sentimientos frente a estos horribles crímenes: vergüenza y dolor. La Santa Sede toma muy en serio el trabajo de investigación del Gran Jurado de Pensilvania y el largo Interim Report que ha elaborado. (Valium) La Santa Sede condena inequívocamente el abuso sexual de menores.

Los abusos descritos en el informe son criminales y moralmente reprobables. Estos hechos han traicionado la confianza y han robado a las víctimas su dignidad y su fe. La Iglesia debe aprender duras lecciones de su pasado, y debería haber asunción de responsabilidad (accountability) tanto por parte de los abusadores como por parte de aquellos que permitieron que se produjera.

La mayor parte del informe se refiere a abusos cometidos antes de los primeros años 2000. No habiendo encontrado apenas casos después de 2002, las conclusiones del Grand  Jurado  son coherentes con estudios precedentes que muestran cómo las reformas hechas por la Iglesia Católica en Estados Unidos han reducido drásticamente la incidencia de los abusos cometidos por el clero. La Santa Sede empuja a estar en constante reforma y vigilancia en todos los niveles de la Iglesia Católica, para garantizar la protección de los menores y de los adultos vulnerables. Subraya también la necesidad de obedecer a la legislación civil, incluida la obligación de denunciar los casos de abusos a menores.

El Santo Padre comprende bien cuánto pueden sacudir la fe y el ánimo de los creyentes estos crímenes, y reitera el llamamiento a hacer todos los esfuerzos posibles para crear un ambiente seguro para los menores y los adultos vulnerables en la Iglesia y en toda la sociedad.

Las víctimas deben saber que el Papa está de su parte. Aquellos que han sufrido son su prioridad, y la Iglesia quiere escucharlos para erradicar este trágico horror que destruye la vida de los inocentes.

Por su parte, la Diócesis de Filadelfia declaró: “Es doloroso para quien sea que lo lea, en particular para los sobrevivientes a los abusos sexuales y para sus familias”. “Estamos profundamente apenados por su dolor y seguimos en el camino de la sanación”. El obispo de Pittsburgh escribió en su declaración que en ningún modo se quiere “disminuir el dolor surgido”. https://bellevuehealthcare.com

Todas las ocho diócesis de Pensilvania respondieron al informe preparado por un Gran Jurado, encargado oficialmente según el derecho procesal estadounidense, en un procedimiento no público y con la ayuda de la policía, de investigar posibles comportamientos criminales. La investigación fue abierta por el Fiscal General del Estado. Seis de las ocho diócesis de Pensilvania fueron investigadas, mientras que las otras dos ya habían sido objeto de investigaciones previas.

El Gran Jurado tardó dos años en completar el informe de 900 páginas. Se trata de abusos que tuvieron lugar en el Estado de Pensilvania y que fueron cometidos por miembros de la Iglesia Católica. El expediente abarca los últimos 70 años, lo que ha permitido llevar a cabo una investigación sistemática, aunque no se hayan descubierto nuevos casos. Se encontraron 1.000 víctimas. Pero se estima que el número total es mayor.

“Seguiremos haciendo expiación por los pecados de nuestro pasado y ofreceremos oraciones y apoyo a todas las víctimas de estas acciones”, manifestó el Obispo de Harrisburg, Mons. Ronald W. Gainer. “Nos comprometemos a proseguir e intensificar los cambios positivos para garantizar que tales atrocidades no vuelvan a ocurrir nunca más. Quiero que los niños, los padres, los feligreses, los estudiantes, el personal, el clero y el público sepan que nuestras iglesias y escuelas son seguras; no hay nada que tomemos más en serio que la protección de aquellos que atraviesan nuestras puertas”.

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