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Catedral Ntra. Sra. de los Ángeles – Los Ángeles – USA

por Horacio Espinosa
catedral

«Jesús les habló nuevamente, diciendo: ‘Soy la luz del mundo. Quien me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida'» (Juan 8, 12)

“Entiendo la luz como la protagonista de un espacio que pretende recuperar el sentido de lo trascendente y presentarse como sentido de lo sublime…”. Estas fueron algunas de las palabras del arquitecto español Rafael Moneo respecto a su obra en la Catedral de los Ángeles.

Hay dos verdades teológicas que ayudan a entender el diseño de la Iglesia Catedral. La primera es la LUZ de Dios revelada en la historia de la salvación, especialmente en y a través de Jesucristo. La segunda es el sentido de VIAJE que describe nuestra relación con Dios: estamos en el viaje, solos y juntos como el Pueblo de Dios, en peregrinación.

Por lo tanto, a medida que nos alejamos de la oscuridad del mal, nos movemos hacia la Luz salvadora de Cristo y la plenitud del Reino de Dios en el Cielo.

Historia

En 1781, españoles conquistadores fundan el pueblo al que llaman Nuestra Señora la Reina de los Ángeles del Río de Porciúncula. Era simplemente un rancho de 44 personas, en el entonces territorio colonial de Nueva España, que luego se independizó como parte de México.

Guerras de Independencia de por medio (no ahondaremos en la historia fáctica), llegamos a 1876, cuando ya Los Ángeles llevaba casi 30 años como territorio estadounidense y con una población de 9.000 personas. En ese momento se inicia la construcción de la Catedral de Santa Vibiana.

Alrededor de 1900 la población angelina alcanzaba algo más de 100.000 habitantes, por lo cual la capacidad de Santa Vibiana resultó insuficiente.

1904

Entonces, en 1904, el obispo Thomas James Conaty solicitó y obtuvo el permiso de la Santa Sede para construir una nueva catedral que lleva el nombre de Nuestra Señora de Guadalupe y compró un sitio en el que construir la catedral. Sin embargo, una recesión económica en 1907 puso fin al proyecto. Una parroquia católica se construyó más tarde en el sitio.

En la década de 1940, se hicieron planes para una nueva catedral que admitiría 3.000 personas. En 1945 el arzobispo John Joseph Cantwell anunció que la Santa Sede había aprobado como nombre para la nueva catedral «Catedral de Nuestra Señora de los Ángeles».

El arzobispo Cantwell muere en 1947, dejando este proyecto sin avanzar. Sin embargo, su sucesor, James Francis McIntyre, decide que la construcción de iglesias y escuelas era la necesidad más apremiante de la arquidiócesis. Así, McIntyre obtuvo permiso de los donantes para redirigir el dinero donado al fondo de la catedral de Cantwell para financiar la construcción de iglesias y escuelas.

1000 años

Hasta ese momento y por más de 100 años, a pesar de los muchos planes existentes, Santa Vibiana seguía como la única Catedral de la ciudad de Los Ángeles.

Fue durante el terremoto de Northridge en 1994, donde Santa Vibiana sufrió daños severos, lo que llevó la arquidiócesis a cerrar la catedral por razones de seguridad. En enero de 1995 la arquidiócesis anunció planes para construir una nueva catedral en el sitio de Santa Vibiana. Este plan incluía la demolición de la antigua catedral. En este momento comenzó una larga batalla legal entre la arquidiócesis y grupos conservacionistas, que argumentaron que la catedral era un símbolo de la ciudad y que se debía incorporar ya sea en la nueva catedral o salvado de otra manera.

La restauración de la antigua catedral costaría demasiado, por lo que se comienza a pensar en la construcción de una nueva catedral en un nuevo sitio. Así, en diciembre de 1996, la arquidiócesis anunció la compra de un terreno donde se construiría la nueva catedral manteniendo el nombre de “Nuestra Señora de los Ángeles», ya que este había sido aprobado por el Vaticano en la década de 1940

Construcción y diseño

La construcción y diseño fueron otorgados al arquitecto español Rafael Moneo y supervisada por el padre Richard S. Vosko, un consultor de diseño litúrgico y sacerdote de la Diócesis de Albany que había supervisado el diseño y la renovación de numerosas iglesias y catedrales en los Estados Unidos.

La construcción comenzó en 1998 y se terminó en septiembre de 2002. Mientras tanto, la antigua catedral Santa Vibiana fue secularizada y finalmente restaurada para convertirla en un centro de eventos y lugar de actuación.

El 2 de septiembre de 2002 fue consagrada la nueva catedral. En la celebración participaron más de quinientos sacerdotes, obispos y cardenales. Una procesión encabezada por tambores escoceses y nigerianos, llevando reliquias de varios santos, entre ellas las del misionero español San Junípero Serra. Fue la primera inauguración de una catedral católica en los Estados Unidos en más de treinta años desde la Catedral de Santa María de la Asunción en San Francisco​.

Descripción

La catedral, de doce pisos de altura, se asienta sobre un terreno de 23.000 m² en el centro de Los Ángeles, pudiendo acomodar a más de 3.000 peregrinos. Dentro del terreno hay varios jardines, cascadas de agua, un centro de conferencias, las residencias del clero y el Mausoleo de Santa Vibiana, donde están las reliquias de la Santa así como los restos de varios obispos, arzobispos y obispos auxiliares de Los Ángeles.

El tamaño de la catedral es 6.038 m², satisfaciendo así la decisión del cardenal Roger Mahony de construir una iglesia tan grande y poco tradicional como sea posible. Este tipo no tradicional de construcción le trajo varias críticas, ganándose apodos tales como el «Taj Mahony» y el «Rog Mahal». Muchos argumentaron que una iglesia de ese tamaño era innecesario, excesivamente recargada.

Nuestra Señora de Los Ángeles

La Catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles también fue criticada por no respetar la arquitectura y estética de estilo de misión histórica. Muchos también criticaron la estructura por ser una «arquitectura fallado», ya que no transmitía el cristianismo a través de su falta de iconografía y la iconografía que estaba destinada a ser ‘inclusivo’ en lugar de católica.

El diseño de la catedral, como comentamos, no estuvo exento de polémica. Por un lado, debía responder al simbolismo que esta obra debía comunicar y a la monumentalidad que debía expresar, especialmente por hallarse al lado de una de las principales avenidas de Los Ángeles. Por otro, debía trasmitir un sentido de intimidad y paz propicio para la oración. Debía ser un edificio moderno y concebido para durar como las catedrales europeas y al mismo tiempo debía, de algún modo, hacer referencia al legado histórico de su entorno cultural.

Como resultado de todo esto vemos una caja fragmentada con una torre campanario, con paredes de hormigón pintadas en tono de adobe, como reminiscencia de la arquitectura de las antiguas misiones españolas de California.

Al ingresar la luz natural inunda el interior, ya que la luz del sol penetra alguna de las muchas ventanas que posee, donde se combina el blanco del alabastro con los diversos tonos de la tierra. Esta luz natural recuerda la pureza de la creación de Dios.

Viaje Espiritual

La idea del arquitecto de mostrar un viaje espiritual se recibe desde el mismo ingreso que, a diferencia de los ingresos tradicionales, no es cercana a los últimos bancos sino a través del ambulatorio, el cual lo empuja a uno a caminar, ya que tiene una muy leve pendiente que nos lleva al Baptisterio junto a la Capilla de Adoración, a través de las capillas devocionales. La pila bautismal está diseñada para simular el bautismo por inmersión. La persona bautizada emerge hacia el costado de la nave donde se reúne con el pueblo de Dios, dirigiéndose hacia el altar para compartir la presencia eucarística del Señor.

Un detalle casi secreto es la existencia de una placa sobre el Altar Mayor colocada por los trabajadores que construyeron el techo que contiene el siguiente texto, parte del salmo 84, «¡Mientras el gorrión halla casa y la golondrina nido para sus polluelos, su hogar está cerca de tus altares, oh Señor de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío.” Y a continuación la firma de todos los trabajadores.

Altar

A la derecha del altar, se destaca el órgano de aproximadamente 18 metros de altura, elevado a unos 7,5 metros por encima del suelo, dejando lugar por debajo para el coro. Para satisfacer los requisitos de estabilidad por terremotos, las tuberías son soportadas por un marco de acero. A la izquierda del altar, en lo alto de la pared, una gran cruz arquitectónica que deja fluir a través del alabastro la luz hacia el interior de la iglesia.

Al final del ambulatorio sur hay un retablo que data del siglo XVII. Dorado y de nogal negro representa claramente el barroco español. Mide aproximadamente 6 metros de altura y 8 de ancho mostrando a Jesús crucificado con la Virgen y el Niño enmarcado por cuatro columnas retorcidas y talladas.

Historia de retablo

La pregunta obvia es cómo llego este retablo aquí. La respuesta comienza con la historia del retablo:

En 1687 un rico fabricante de seda de Burgos, donó un retablo para la capilla adjunta a la Congregación de San Felipe Neri, en Ezcaray, España. Según cuenta la historia, el pedido llegó a un único artesano, quien realizó la totalidad de la obra.

Esta capilla fue desmantelada en 1925 y el retablo fue vendido a un comerciante de arte de Nueva York. Poco después de la muerte de su nuevo propietario, un grupo de personas compró el retablo para usarlo en la catedral de Los Ángeles. Sin embargo, el retablo fue transportado a la Misión San Fernando y almacenado allí temporalmente.

El 18 de junio de 1941, la «Exposición de la Capilla Excaray» fue abierta al público en la Misión de San Fernando. En un folleto publicado para esa ocasión se menciona que los artículos de Excaray habían «encontrado un hogar permanente».

En 1953, el retablo es restaurado e instalado en la capilla estudiantil recientemente erigida del Seminario Reina de los Ángeles, adyacente a la misión, permaneciendo allí hasta que se tomó la decisión de colocarlo en la nueva catedral.

Catedral

El retablo en la catedral sirve como un recordatorio de la gran historia en la Iglesia del arte sacro, como así señala el historiador Monseñor Francis J. Weber.

Ingresando por la puerta izquierda al templo, nos recibe una imagen mariana diferente a lo que en general estamos acostumbrados. Una vez dentro nos reciben más representaciones marianas curiosas.

Así es como vemos a la Virgen de Pomata, imagen perteneciente a una aldea de los Andes. Proviene de la Escuela de Cuzco. La Virgen María lleva un tocado de plumas incas y un vestido ondulante que sugiere a Pachamama, la Madre Tierra inca.

Luego vemos a la Virgen Apocalíptica (inspirada en el Apocalipsis), la Divina Pastora (donde María es representada recostada en el campo con cuatro ovejas para conmemorar su aparición ante un santo monje español), la Virgen del Candelabro (con vírgenes de Belén también de Escuela Cuzqueña), la Virgen del Rosario de Chichinquirá y la Virgen de la Misericordia, representada por las almas del Purgatorio que están protegidas por el manto de la Virgen mientras ruegan por su intercesión.

La visita

Llegamos al predio y buscamos estacionamiento. Si bien no correspondía estacionar gratuitamente, ya que no era horario de Misa, nos permitieron estacionar dentro del predio.

El predio es realmente muy grande, el parque es hermoso como muchos parques dentro de USA.

Pasamos por el mausoleo que, de haber estado fuera de este predio, sería algo para visitar por sí solo, pero dentro de este predio de jardines y fuentes pasa casi desapercibido.

El templo en sí tiene alrededor de 12 pisos de altura. Imaginen el tamaño, porque todo está en esa proporción, todo es muy grande.

Ingresamos por la puerta de María. Ya en este punto podría dedicar un largo rato para contarles lo que uno siente al ingresar por aquí. Es como que María nos invita y lleva a Jesús.

Pasillo con leve declive

Lo primero que notamos es que no entramos al templo sino a una especie de pasillo con leve declive. Esto causa una sensación rara, pero que inmediatamente nos lleva a caminar en el sentido del ese declive. Así es como llegamos directamente al baptisterio, que es el ingreso del cristiano a la vida en iglesia. Esto tiene toda una catequesis en sí que entendí después. La única salida del baptisterio, siguiendo el recorrido, es hacia donde están los asientos del templo, es decir, dónde está el pueblo de Dios esperando al recién llegado, y desde allí al altar, donde celebrará con el resto del pueblo de Dios.

El templo es gigante y poco tiene de lo que uno está acostumbrado a ver dentro de un templo católico. Todo está muy pensado. La luz es la protagonista continua y parece ser durante todo el día ya que tiene grandes ventanales.

Altar mayor

El templo parece frio. Realmente al ser tan grande todo está lejos, es un concepto de templo muy distinto al que estamos acostumbrados.

El altar mayor tiene un protagonismo relativo, compitiendo con el órgano. Algo que parece estar fuera de lugar es el retablo español, pero al igual que todo el templo está pensado y tiene explicación. Más allá de cómo llegó aquí, historia que fue contada antes, nos lleva a recordar la belleza del arte sacro.

Realmente es un templo un tanto frio, no es de mis preferidos. Pero, como siempre, encontramos un lugar para orar al Señor y este lugar fue cerca del altar principal, donde estuvimos algún tiempo.

Tips de Viajero

  • Dirección: 555 West Temple Street, Los Angeles, CA 90012-2707.
  • Horarios de Misa
    • Lunes a viernes.
      • 7:00 AM – Español
      • 8:00 AM – Inglés
    • Domingos
      • 7:00 AM – Español
      • 10:00 AM – Inglés
  • Durante las misas de los Domingos hay estacionamiento gratuito hasta un límite de tres horas.

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