Recordalo

Sos un tesoro. Sos valioso. Sos único. Sos irrepetible. Sos imprescincible.

Sí, leíste bien. Es para vos, que a veces no te valorás, que algunas veces lastimás tu dignidad, que no pocas veces «mendigás» de los otros aquello de lo cual Dios te ha colmado y te colma, ahora mismo.

No te dañes, ¡por favor!

Tu alma está destinada a la eternidad: no la pongas en peligro!

Tus ojos fueron hechos para contemplar por toda la eternidad el Rostro de Infinita hermosura.

Tu corazón, para el Amor de verdad, aquí en la tierra y luego en el Cielo.

Tu cuerpo es sagrado, tu cuerpo es templo del Espíritu, tu cuerpo es valioso: no lo uses de cualquier manera, ¡no ofendas a Dios en tu cuerpo!

No hagas lo que hacen todos, no digas lo que todos dicen: buscá más arriba, buscá bien adentro tuyo.

Hay un Padre que te ama, que en este momento te cuida, y que sólo espera que pienses en Él para darte su Gracia poderosa.

Y no lo olvides.

Nunca es demasiado tarde para cambiar.

No existe un pozo tan profundo ni una cueva tan oscura en la cual el Buen Pastor no puedan rescatarte.

El momento es hoy.

Dale, vos podés.

Una Madre tierna te espera.