Meditación del 26 de Julio

Evangelio según San Mateo 13,44-52.

Jesús dijo a la multitud:
«El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo.
El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas;
y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró.»
El Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces.
Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve.
Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos,
para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.
¿Comprendieron todo esto?». «Sí», le respondieron.
Entonces agregó: «Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo».

Cada vez que visitas nuestros anunciantes estas ayudando
a Misioneros

Encontrarlo es la clave.

1) Escondido: hay momentos en que Dios se esconde bien en nuestras vidas… Cuántas veces te tocó vivir el cuestionarte dónde está Dios. ¿Será que Dios se escondió e hizo cuarentena por el coronavirus? ¿Será que se tomó vacaciones y no nos avisó? ¿Por qué tantas cosas? pero no… Dios está y debes encontrarlo ¿Cuándo fue esa vez que sentiste la ausencia de Dios? Pensá y escribilo.

2) Encontrarlo: el vivir la experiencia de encuentro con Jesús hace que tu mirada y tu vida cambien. El encontrarse con Jesús da un nuevo mirar de la vida e incluso de la religión. Vos tenés ese encuentro con Él que no es a través de rayos o que venga en una nube. El encuentro con Jesús es a través de lo simple, porque Dios es simpleza y cercanía. Encontrar a Jesús en tanta gente durante esta cuarentena, encontrar a Jesús y saber que no se fue de vacaciones. Jesús se deja encontrar, pero ponete a buscarlo …

3) Vender: cuando uno encuentra a Dios aprende a valorar cosas que antes no valoraba y a vivir la vida de una manera distinta. Los intereses cambian y logras descubrir cosas que antes no veías. Cuando me encontré con Jesús aprendí a valorar más a la gente que me rodea y comprendí que en esta vida nadie se salva solo. No tengas miedo de vender aquello que ya te tiene vendido.