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Meditación del día 24 de abril

por Pbro. Luis A. Zazano

Evangelio según San Juan 6,60-69.

Después de oírlo, muchos de sus discípulos decían: «¡Es duro este lenguaje! ¿Quién puede escucharlo?».
Jesús, sabiendo lo que sus discípulos murmuraban, les dijo: «¿Esto los escandaliza?
¿Qué pasará, entonces, cuando vean al Hijo del hombre subir donde estaba antes?
El Espíritu es el que da Vida, la carne de nada sirve. Las palabras que les dije son Espíritu y Vida.
Pero hay entre ustedes algunos que no creen». En efecto, Jesús sabía desde el primer momento quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar.
Y agregó: «Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede».
Desde ese momento, muchos de sus discípulos se alejaron de él y dejaron de acompañarlo.
Jesús preguntó entonces a los Doce: «¿También ustedes quieren irse?».
Simón Pedro le respondió: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna.
Nosotros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios».

Tú das vida eterna.

1) Es duro: te debo reconocer que nos fuimos haciendo «light» en algunas cosas. Cuando leo la historia de la Iglesia y veo que, al inicio, la confesión era pública, y era una vez en la vida digo: «¡Mamma mía!, menos mal que no estoy en esa época». Esto era hasta el siglo XI. Pero en verdad quien desea seguir a Jesús es una decisión de vida, es un compromiso. Después de esta pandemia saldremos a la calle y allí deberemos cuidar ese fueguito que se nos ha encendido durante el tiempo de la cuarentena. Es llevar a Jesús y saber que «Cristo está conmigo. Junto a mí va el Señor. Me acompaña siempre, en mi vida hasta el fin…».

2) El Espíritu: es lo que nos mueve y nos llena. Hoy pidamos al Espíritu Santo que no nos cansemos. Pidamos la fuerza para seguir y para también aliviar a muchas almas. Hoy la gente también necesita de vos. Y juntos podemos ayudar, acompañar y consolar a esta sociedad golpeada.

3) Venid a mí: la fuerza nos la da Dios y solo con Él podemos todo. Somos simples servidores. Pidamos a Dios que nos llene de su amor y su paz, para que con un corazón lleno movamos este mundo.

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