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San Juan Bautista nos invita preparar los caminos del Señor

por Card. Rubén Salazar Gómez
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El adviento como tiempo litúrgico de preparación a la navidad es muy corto, son apenas cuatro domingos.

De tal manera que en este segundo domingo de adviento ya estamos prácticamente en la mitad, por eso es bueno aprovecharlo, oigamos con mucha atención la palabra del Señor, que hoy nos invita a abrir plenamente nuestro corazón a él que viene a salvarlos.

Lectura del santo evangelio según san Lucas  3,1-6.

El año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, Herodes Antipas tetrarca de Galilea, 

Filipo su hermano tetrarca de Iturea y Traconítide, y Lisanias tetrarca de Abilene; en el tiempo en que Anás y Caifás eran sumos sacerdotes, dirigió Dios su palabra a Juan hijo de Zacarías en el desierto.

 Recorrió entonces toda la región que está a lado y lado del Jordán llamando a todos a convertirse y a bautizarse para obtener el perdón de los  pecados, según está escrito en el libro del profeta Isaías: 

«Una voz grita en el desierto: 
¡Preparen el camino del Señor! 
¡Ábranle vías rectas! 
Toda hondonada debe rellenarse, 
todo cerro y colina rebajarse. 
Que lo torcido se enderece, 
que se allanen los senderos escabrosos. 
y verán todos los mortales la salvación que trae Dios.»
Palabra del señor

Transcripción de La Voz del Pastor del 09 de diciembre de 2018

El texto del Evangelio nos presenta la figura de Juan el Bautista, ya nos ponemos en la tónica de la llegada del Señor, del advenimiento del Señor, y por eso la liturgia nos invita a nosotros a que preparemos nuestro corazón para recibir al Señor, ¿cómo es esto? yo creo que para que entendamos bien este tiempo de adviento tenemos que pensar cómo lo decía algún padre de la Iglesia en que hay como tres venidas del Señor, la primera venida fue el momento histórico, su nacimiento de la virgen María en Belén, la segunda venida será al final de los tiempos, con gloria y majestad a restaurar todas  las cosas del Dios, permanente venida del Señor, la tercera venida, que es una permanente venida del Señor,a nuestra existencia día tras día.

  El adviento nos sitúa en ese contexto de la venida del Señor, conmemoramos la venida hace dos mil largos años, conmemoramos anticipadamente con la esperanza la venida al final de los tiempos, nos alegramos de esa liberación definitiva en la cual vamos a hacer nosotros plenamente partícipes de la vida y de la alegría de Dios y abrimos nuestro corazón para que esas dos venidas se hagan realidad en nuestra existencia de todos los días.

Por eso Juan Bautista nos invita a abrir nuestro corazón a preparar los caminos del Señor a hacer posible que el Señor venga a nosotros, esto sí que es importante porque él realmente nos enredamos con tantas cosas en nuestra vida diaria son tantas las preocupaciones, las angustias, son tantos los anhelos incumplidos, son tantas las cosas que tantas veces ocupan de tal manera nuestro corazón, que no queda tiempo para pensar ¿cuál es el sentido de nuestra existencia y qué tiene que ver el señor Jesucristo con esa vida nuestra con esta existencia? nuestra el tiempo de adviento nos invita a que tomemos consciencia el Señor ha venido, el Señor viene, el Señor vendrá ,el Señor ha venido porque nació en belén de la virgen maría, el Señor vendrá al final de los tiempos, el señor viene en cada momento de nuestra existencia, por eso aprender a discernir la presencia del Señor en nuestra vida, aprender a tomar conciencia de que el Señor está presente y que tenemos que acogerlo en nuestro corazón en cada uno de los momentos de nuestra existencia, es el arte de vivir es el arte de ser felices porque el Señor lo único que quiere de nosotros es que de verdad podamos vivir en plenitud.

Ahora hay un aspecto que es sumamente interesante en el Evangelio se nos dice y todos verán la salvación de Dios, nosotros tenemos que tener una conciencia muy clara de que cristo nuestro Señor es el salvador de toda la humanidad, y de que todos los seres humanos están llamados a conocer al Señor, a unirse al Señor, a recibir al Señor y por lo tanto a participar de la salvación que el Señor nos ofrece, qué bueno que tomáramos conciencia de ese deber nuestro misionero, acuérdense siempre es la dupleta discípulos misioneros somos discípulos del Señor porque descubrimos su presencia en nuestra vida lo acogemos, lo recibimos, lo aceptamos, como nuestro salvador y tenemos que testimoniar lo con nuestra existencia, discípulos misioneros, para que así el Evangelio llegue el mundo hoy en día esto se hace cada vez más urgente porque repito como lo decía hace 8 días hoy en día se ha perdido se ha perdido en muchísimas personas en la mayoría de las personas el auténtico sentido de la existencia, nosotros tenemos que mostrar que la vida en medio de todas sus dificultades, sus todos sus problemas todos sus sufrimientos, incluso con la muerte tiene pleno sentido, y el sentido es amar a Dios, amar a los demás, permitir que nuestra existencia se llene verdaderamente de ese amor que el Señor derrama en nuestros corazones, abramos nuestro corazón para recibir ese amor y poder darlo a los demás.

 La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre. Amén

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Un año con Jesús

 

 
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