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La Virgen del Cerro de Salta

por Horacio Espinosa
interior de la ermita de la virgen del cerro

La ciudad de Salta en el norte de Argentina es uno de los pilares de la fe católica en el país. Desde hace poco más de 100 años, miles de peregrinos llegan a esa capital de provincia cada septiembre para renovar su pacto de fidelidad a los santos patronos: el Señor y la Virgen del Milagro. Vienen desde otras provincias e incluso de países limítrofes. Recorren caminos polvorientos bajo el sol y la luna, soportan el calor agobiate de los días y el frío de las noches salteñas. A lo largo del trayecto, los pobladores los esperan para alentarlos y asistirlos con agua, café calentito y comida.

Pero el motivo de esta bitácora no es esa tradicional peregrinación, sino las vivencias compartidas en torno a otro lugar santo de la ciudad: el Santuario de la Virgen del Cerro. Ese nombre es el que los creyentes le dan a la imagen que surgió de un pedido que María Livia Galiano, una mujer de vida muy sencilla, ama de casa y de mucha oración, sintió que le hizo la Sagrada Madre de Dios en una serie de visiones. Más allá de que nunca había imaginado ver a María, la gracia le fue concedida sin haberla pedido y hoy hay multitudes que confían en ella como intercesora.

Un Santuario a pedido de la Inmaculada

Las primeras manifestaciones sobrenaturales impresionaron y sorprendieron a María Livia. Todo comenzó en 1990, cuando escuchó una voz interior que le hablaba. Sintió que provenía de alguien extraordinariamente radiante y celestial y esto de inmediato provocó un cambio en su corazón. Movida por un gran deseo de compartir su dicha y felicidad, comentó de manera espontánea el episodio a su pequeño entorno familiar (sus padres y hermanos). Si bien meditó con fe lo vivido, pensó que ello no iba a trascender jamás la intimidad de su alma. La Santísima Virgen, sin embargo, siguió enviándole mensajes.

Un día, la Sra. María Livia percibió que María le indicaba un cerro local, pero al principio no entendió el significado del señalamiento. La Reina del Cielo le pidió que guardara el secreto de esa revelación hasta que Dios le diera a conocer los designios sobre el lugar.

El cerro, que está en un barrio del norte de la ciudad y parece custodiar el inmenso Valle de Lerma, es imponente por su belleza. Su situación geográfica es tan particular que permite dominar visualmente los cuatro puntos cardinales: si uno mira hacia cualquiera de los lados, la vista se pierde en la lejanía sin dificultad. Es un sitio de privilegio no sólo por haber sido elegido por Dios y Nuestra Señora, sino por su naturaleza.

Poco a poco, María Livia fue comprendiendo pretensiones celestiales y mucha gente la ayudó a concretarlas. El 1 de mayo del 2001 se colocó en el cerro una Cruz y en agosto del mismo año se completó la construcción de una capilla, quedando a la espera de que se terminara de modelar una imagen de la Inmaculada Madre para su entronización. Para entonces, ya eran aproximadamente 300 las personas que subían a pie todos los sábados para rezar el Rosario junto a María Livia.  Madres con sus hijos, familias con bebés en cochecitos, ancianos y enfermos empezaron a acudir al llamado silencioso de María en este lugar del mundo.

El sábado 8 de diciembre del 2001 se entronizó la imagen de Nuestra Señora en la capilla que fue consagrada bajo la advocación de Inmaculada Madre Del Divino Corazón Eucarístico de Jesús.

Convento San Bernardo de Carmelitas Descalzas de Salta

La figura venerada fue construida íntegramente en el convento San Bernardo de Carmelitas Descalzas de Salta. Las hermanas acompañan esta obra desde 1995 y María Livia fue quien les transmitió en detalle la apariencia física con la que se le aparece Santa María.

Aunque el día de la purísima Virgen llovió torrencialmente hasta el mediodía y se embarró el camino, fieles oriundos de distintas partes del país y de más allá de las fronteras se hicieron presentes sin que hubiera habido una difusión organizada del evento. Movidos por el amor de la Madre de Dios y Madre Nuestra y a la espera de su intercesión, una multitud de creyentes se reunió para orar y celebrar.

Actualmente, muchos escuchan el llamado y asisten cada sábado al lugar. Allí se reparten gratuitamente estampitas y rosarios y no se aceptan limosnas ni objetos de valor. Tampoco se permite ningún tipo de comercio o venta desde la base del cerro hasta la cima, en donde está el Santuario. Los servidores son hombres y mujeres que voluntariamente regalan su tiempo y sus dones para mayor gloria de Dios.

Con todo, como muchas otras alrededor del mundo, esta manifestación mariana no está validada por el Vaticano y tiene el carácter de revelación privada. Ello implica que la Iglesia acepta que puede existir pero no la ha reconocido. Las visiones de este tipo son significativas siempre que se orienten a Cristo y ayuden a contemplar la revelación divina sin pretender completarla o contradecirla. San Pablo, en su primera carta a los tesalonicenses enseña: «No extingan la acción del Espíritu; no desprecien las profecías; examínenlo todo y quédense con lo bueno» (1 Tes. 5, 19-21). Estamos invitados, pues, a orar para discernir sobre el sentido de los mensajes que nos acercan a Dios.

El mensaje central de la Virgen del Cerro es que volvamos a amar el Divino Corazón Eucarístico de Jesús. Con ese fin, se ruega adorar perpetuamente en reparación ante la Eucaristía, recordando que por medio de ella nuestro Señor permanece vivo y presente entre nosotros.

salta virgen del cerro

Según la página web de la obra, en un mensaje privado la Santísima Virgen imploró: “Seguid predicando mis mensajes y especialmente la devoción al Sacratísimo Corazón Eucarístico de Jesús, no ceséis en este empeño, que cada alma se Consagre a Él, y así todos recibirán la Infinita Misericordia de su Corazón. Predicad su Consagración, avisando que toda alma a Él consagrada recibirá todas las Gracias que brotan de la Divina Misericordia del Señor. Esta Consagración al Sacratísimo Corazón Eucarístico de Jesús tendrá el sello de Eternidad en las almas y obrará un cambio grande en ellas. Será la llave que abrirá el alma para su Conversión”.

Asimismo, la Virgen pidió rezar por la unión de Occidente y Oriente y prepararnos para la segunda venida de Nuestro Señor Jesucristo, que consiste en un mayor conocimiento del Amor de Dios. La esperanza, dice otra parte del mensaje, es el camino que nos conduce a Dios. Por esta revelación, estamos llamados a vivir con el Amor del Divino Corazón de Jesús, vivir un tiempo de eternidad.

Nuestras visitas al cerro salteño

La primera vez que fuimos a conocer el lugar fue en medio de un difícil momento en nuestras vidas, durante el otoño de 2010. Como en otros casos, no teníamos idea clara de qué era lo que allí había o pasaba.

Subimos al cerro caminando y lo que en principio nos sorprendió fue encontrar árboles sin hojas pero con miles de rosarios en sus ramas. Los creyentes los cuelgan por doquier y esto genera una red hermosa e impresionante de cuentas flotando. En cada uno hay una muestra de fe y esperanza, es el único tipo de ofrenda que aquí se ve.

Reinaba el silencio y la amabilidad de los servidores que cruzábamos en el camino. Fuimos rezando, pidiéndole a María que escuchara nuestros temores y que nos ayudara a salir adelante.

Al llegar a la cima, nos encontramos con muchos peregrinos como nosotros. La paz interior y el amor que se vive en la cima son indescriptibles. Rezamos el rosario, nos confesamos y cantamos hasta que los servidores nos pidieron que nos acomodáramos en fila porque la Sra. María Livia iba  a pasar realizando una oración de intercesión por cada peregrino.

Poco antes de su llegada comencé a llorar mucho, no sé bien por qué pero me pasó. No podía parar de hacerlo y no eran lágrimas de emoción; no era tristeza y ni siquiera alegría; creo fervientemente que fue la presencia de Mamá María que se valió de ese llanto para limpiar mi corazón. En ese momento, profundizó su trabajo conmigo.

Estaba tan feliz luego de lo que me había ocurrido que en esa visita ni siquiera ingresé a la ermita. No quería nada más que atesorar en mi corazón ese momento que viví junto a la persona más importante de mi vida, Andrea, mi esposa.

Regresamos al hotel en completo silencio, cada uno reviviendo la experiencia interiormente. Fue unos minutos después de estar en la habitación que Andrea me preguntó qué me había pasado, y mi respuesta fue que había olido perfume a rosas. Nos abrazamos y volvimos a llorar, pero esta vez sí de emoción, ya que ambos habíamos tenido la misma sensación de oler rosas justo en el momento de la oración de intercesión.

En 2016, volvimos, y entonces habíamos avanzado unos pequeños pasos en nuestro camino de fe. Esa vez fuimos en peregrinación con un grupo de hermanos. El viaje fue distinto, porque yo era distinto, Mamá María ya me había ganado, como elijo decir.

Habían pasado seis años de la primera visita y mi corazón ya sabía lo que encontraría en el Cerro. Iniciamos la subida rezando, y de a poco el silencio se volvió a apoderar del lugar. Cuando llegamos a la cima, nos acomodamos en asientos que no existían en 2010. Nos unimos como grupo al rezo del Rosario hasta que un coro casi celestial comenzó a entonar canciones de alabanza que sólo me dejaban atónito y con ganas de escucharlos mientras alababa en silencio.

Llegó el momento de la oración de intercesión, y la alegría colmó mi corazón. A diferencia del llanto de mi visita anterior, solo sentía paz. También era distinta mi compañía, la primera vez, estaba solo Andrea y en esta oportunidad estaba rodeado de mi comunidad, de mis hermanos de fe. La oración conjunta cobra una dimensión distinta y es aún más especial en un lugar tan particular como este. Esta vez sí pude ingresar a la ermita de Nuestra Señora y dejar un Rosario en la rama de un árbol para sumar un eslabón más a la cadena de amor y honor a María.

 Tips de Viajero

  • El rezo del  Santo Rosario en la cima del cerro comienza las 12:00 horas en punto.
  • Se demora aproximadamente una hora en subir al Santuario. Traten de llegar lo más temprano posible, para estar sentados cerca de donde hace la principal oración. Tengan presente que la demora es inevitable ya que la prioridad la tienen los muy enfermos, bebés, personas muy mayores y señoras embarazadas.
  • Recuerden que es un cerro. Concurran con ropa y calzado cómodo para caminar por caminos de tierra.
  • Lleven un buen abrigo para la noche y algo liviano para el mediodía y primera hora de la tarde. En Salta la temperatura desciende mucho a partir de las 17 hs.
  • Si van tarde, es recomendable llevar una linterna, para más comodidad en la bajada.
  • Los vehículos deben dejarse en los estacionamientos habilitados para tal fin. Los peregrinos  subimos  por distintas sendas a través del cerro. La que nace en el portón de acceso al Santuario «El Porterito» es un poco más larga pero la pendiente es menor. No piensen en la subida como un trekking, irán rezando el rosario y así, sin esfuerzo, llegarán a la cima. Si no tienen problemas de salud que se lo impidan, ¡no teman subir por esta senda! Es una muy buena experiencia.
  • En la unión de las distintas sendas hay un Puesto de Asistencia por cualquier necesidad o simplemente para descansar o tomar un vaso de agua.
  • Las personas impedidas de subir caminando (enfermos, mamás con niños pequeños, personas muy mayores, etc.) son subidos y bajados del cerro en vehículos o buses. Como los vehículos son de voluntarios, es variable su disposición. El servicio es gratuito y no está permitido entregar propina o colaboración pecuniaria de ningún tipo.
  • En general y por seguridad, todos los enfermos y personas impedidas de subir caminando por sus propios medios son subidos exclusivamente en los vehículos de voluntarios oficiales autorizados para este tipo de traslados. El trasbordo desde el vehículo en que haya llegado al Santuario se hace en el Portón de Entrada.
  • Recuerden que no hay kioscos ni locales comerciales.
  • En la cima del cerro hay baños químicos.
  • En el santuario no está permitido el consumo de comida ni de bebidas, a excepción de agua que es ofrecida por los mismos servidores (para casos especiales existen lugares para comer y beber a los que se llega junto a los voluntarios).
  • Por pedido de Nuestra Señora Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús se trata de mantener silencio para el recogimiento.
  • Los días sábados normalmente hay más gente, pero también es cuando María Livia hace la Oración de Intercesión.
  • Revisen el calendario, hay épocas del año en las que no hay actividades en el cerro.
  • Si quieren una imagen de Nuestra Señora Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús, pueden encargarla con bastante tiempo de antelación al Convento San Bernardo de Carmelitas Descalzas de Salta y las hermanas que allí viven la prepararán en oración.
  • Los domingos María Livia suelde dar conferencias (verificar también el calendario).
  • Salta es una ciudad maravillosa, aprovechen la visita y conozcan sus lugares cercanos. Su catedral es muy hermosa y allí están las imágenes de los Santos Patronos.
  • Desde la capital se pueden visitar otras localidades e incluso cruzar de provincia hasta la Quebrada de Humahuaca, en Jujuy. También pueden ir hasta San Antonio de los Cobres, uno de los puntos más altos de la puna argentina, y tomar el Tren de las Nubes.
  • No dejen de probar las famosas empanadas salteñas, de participar de alguna peña y de encomendarse a Dios.

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