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Mateo 9,18-26

por Pbro. Luis A. Zazano
Mateo-9,18-26

Evangelio según San Mateo 9,18-26.

Mientras Jesús les estaba diciendo estas cosas, se presentó un alto jefe y, postrándose ante él, le dijo: «Señor, mi hija acaba de morir, pero ven a imponerle tu mano y vivirá».
Jesús se levantó y lo siguió con sus discípulos.
Entonces se le acercó por detrás una mujer que padecía de hemorragias desde hacía doce años, y le tocó los flecos de su manto,
pensando: «Con sólo tocar su manto, quedaré curada».
Jesús se dio vuelta, y al verla, le dijo: «Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado». Y desde ese instante la mujer quedó curada.
Al llegar a la casa del jefe, Jesús vio a los que tocaban música fúnebre y a la gente que gritaba, y dijo:
«Retírense, la niña no está muerta, sino que duerme». Y se reían de él.
Cuando hicieron salir a la gente, él entró, la tomó de la mano, y ella se levantó.
Y esta noticia se divulgó por aquella región.

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Dios te quiere vivo.

1) Muerta: Lo que nos muestra el evangelio es un hombre que pierde a su hija. Las pérdidas son dolorosas y más cuando hablamos de un ser querido. Esas heridas clavan en lo profundo del pecho porque no tan solo es que muere alguien, sino que tambien muere algo en nosotros que cala nuestro afecto y nuestro sentimiento. Imagínate el golpe para este hombre, se le muere su hija, ¿sabes lo que es eso? Literalmente no tiene nombre… sí, es así porque viuda/o es para quien pierde a su esposo; huerfano o huerfana para quien pierde a su padre; pero para quien pierde un hijo no hay nombre. Ante este dolor Jesús está.

2) La hemorroisa: El evangelio nos presenta otro tipo de dolor, es el dolor ante la enfermedad, el sufrimiento que no pasa sino que está encarnado y metido. Esta mujer tuvo que convivir con la enfermedad. ¿Cuántos de los que me escuchan estarán conviviendo con una enfermedad? Cuán dura es…porque no es tan solo los dolores, sino tambiné lo que sentís, te llegas a sentir inútil y dependiente de otros hasta para moverte. Esta mujer sangraba por dentro y por fuera. Ante este dolor Jesús tambien está.

3) ¡Ánimo! Ante estos dos tipos de dolores culmina el evangelio presentándonos su misma presencia. Él va, Jesús ante tanto dolor va a tu encuentro y te invita a caminar, a seguir luchándola, a que tengas un cachito de esperanza, porque la vida es vida y da chances para seguir. Porque quien tiene fe todo lo puede y puede ser eterno. Porque con amar en esta vida, podés lograr grandes cosas. Porque si crees un poco más en Dios y más en vos, serás esa presencia viva de Dios que tanto necesitamos. Viví y ayuda a vivir.

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