Evangelio según San Mateo 9,32-38.
En cuanto se fueron los ciegos, le presentaron a un mudo que estaba endemoniado.
El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud, admirada, comentaba: «Jamás se vio nada igual en Israel».
Pero los fariseos decían: «El expulsa a los demonios por obra del Príncipe de los demonios».
Jesús
recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas,
proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y
dolencias.
Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor.
Entonces dijo a sus discípulos: «La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos.
Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.»
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Curar y guiar.
1) Curó: Jesús libera y sana. Hoy Jesús quiere liberarte de aquello que te tiene atado y te enmudece. Hoy, pedile a Dios que te ayude a poder expresar eso que te pasa en tu interior, pedí a Dios que te ayude a sanar tu interior y que puedas curar tu corazón y así logres mostrar con palabras y hechos qué hay en tu interior.
2) Compadecer: Dios nos pide que tengamos compasión, recordá que todos tenemos en nuestro interior una miseria, aquello que solamente nosotros sabemos… compadecete porque vos y yo también necesitamos compasión.
3) Trabajadores: Necesitamos cristianos que salgan, que muestren a un Jesús vivo, que podamos llevar tranquilidad y paz a los que nos rodean. Hoy, vos y yo debemos buscar más trabajadores que lleven a Jesús en su corazón, para llenar en el corazón de otros a Jesús.