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Mateo 18,21-35.19,1

por Pbro. Luis A. Zazano
Mateo-18,21-35.19,1

Evangelio según San Mateo 18,21-35.19,1.

Se adelantó Pedro y le dijo: «Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?».
Jesús le respondió: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Por eso, el Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores.
Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos.
Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda.
El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: «Señor, dame un plazo y te pagaré todo».
El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda.
Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: ‘Págame lo que me debes’.
El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: ‘Dame un plazo y te pagaré la deuda’.
Pero él no quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía.
Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor.
Este lo mandó llamar y le dijo: ‘¡Miserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda.
¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de tí?’.
E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía.
Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos».
Cuando Jesús terminó de decir estas palabras, dejó la Galilea y fue al territorio de Judea, más allá del Jordán.

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Perdonar de corazón.

1) ¿Cuantás veces?: Es la pregunta de Pedro. ¿Hasta cuándo? ¿Cuál es el limite? ¿Hasta dónde pasas por misericordioso y hasta dónde por tonto? Jesús pone un punto: «siempre». A eso refiere lo de setenta veces siete. Tu tarea como cristiano es de perdonar siempre a tu hermano.

2) La situación: Vemos a un hombre que tiene una deuda y no corría riesgo tan sólo él, sino también su familia. Te lo aclaro, cuando vos atentas contra alguien, no tan sólo estas en riesgo vos sino también tu familia; fíjate si por un error tuyo, hoy no lo está pagando tu familia. Su deuda era tremenda, pero es perdonado. Tu deuda con Dios es grande y él no deja de perdonarte. Vos estas llamado a hacer lo mismo, no te encapriches porque vos crees que no perdonándolo lo sufre, pero lo terminas sufriendo más vos. El perdón sana.

3)Miserable: Vemos otro deudor, debía muchísimo menos; la exageración de este hombre es tremenda y lo manda a la cárcel por una tontera. Tené cuidado que vos podés terminar siendo un miserable, esa persona que no tiene nada en el corazón. Un miserable no tiene memoria y se olvida de las salvadas que tuvo. Un miserable tiene el corazón tan duro, que no le importa lastimar. Es ese ventajista que sólo le importa él. Para no ser miserable, hay que compadecerse. Hoy mira tu vida y fíjate si te compadeces (padecer con el otro) o sos miserable (destruís si podés al otro). Perdona de corazón y no de boca.

 

 

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